LIMA.- El Presidente del Perú, Alejandro Toledo, parece estar cerca de una salida para la crisis ministerial, pero esa posible solución le significará quizás la ruptura de la alianza oficialista, según coinciden hoy diversas fuertes extraoficiales.
Toledo aparentemente decidió dejar fuera del gabinete al flamante canciller, Fernando Olivera, cuya designación el jueves pasado precipitó la crisis, por la fuerte resistencia que tiene dentro de la oposición, la opinión pública y buena parte del oficialismo.
Esa supuesta salida implicará de acuerdo a las fuentes palaciegas anónimas la ruptura de la alianza oficialista, pues el Frente Independiente Moralizador (FIM), de Olivera, no aceptará continuar en el gobierno, en el que es socio menor del partido toledista Perú Posible (PP).
Toledo sostuvo hoy reuniones hasta la madrugada, incluida una con el canciller. En el marco de esos diálogos, Palacio expidió un lacónico comunicado en el que acepta la dimisión del presidente del Consejo de Ministros, Carlos Ferrero, y anuncia una reevaluación del gabinete, "incluido el Ministerio de Relaciones Exteriores".
De acuerdo a las fuentes citadas por diversos medios, Toledo le explicó a Olivera que su permanencia en el cargo es inviable, pues, al margen de la reacción de la opinión pública, es poco probable que un equipo ministerial que lo tenga entre sus integrantes logre el voto de confianza del Parlamento.
El mandatario ofreció a cambio "dos o tres carteras" para el FIM, pero Olivera las rechazó con el argumento de que él no es "moneda de cambio ni vientre de alquiler".
En la actualidad, todos los ministerios están en suspenso, pues la renuncia de Ferrero, derivada de la designación de un adversario suyo como canciller, obligó a todos los titulares de cartera a renunciar.
Según especulaciones, los renunciantes ministros de Economía, Pedro Pablo Kuczynski, y Vivienda, Carlos Bruce, tienen la primera opción para suceder a Ferrero, pero el problema es que serían una solución temporal, pues ambos tienen intenciones de ser candidatos al menos al Congreso en las elecciones del año próximo y tendrían que renunciar antes de octubre para no quedar inhabilitados.
La única posibilidad de que Olivera se quedara en el puesto era que Ferrero retirara su renuncia, pues eso implicaba técnicamente que se mantenía el mismo gabinete y no era necesario el voto de confianza en el Congreso, donde la oposición unida, los independientes y buena parte del oficialismo se aprestaban a darle un "no" rotundo al líder del FIM.
Al parecer, Toledo y algunos de sus allegados trataron de convencer a Ferrero de que retirara su renuncia irrevocable, pero el esfuerzo fue en vano.
Perú Posible tiene 33 de 120 parlamentarios, por lo que los siete del FIM le son fundamentales para presentar un bloque importante, aunque no mayoritario. Por ello, la posible ruptura de la alianza implicará que Toledo aprenda a gobernar en clara minoría legislativa.
Olivera, ex parlamentario, ex candidato presidencial y hasta el jueves pasado embajador en Madrid, cosechó demasiados enemigos a lo largo de su carrera política, por su permanente presposición al insulto, la obscenidad, la agresión y las prácticas subterráneas.
Según encuestas, más del 90 por ciento de los peruanos rechaza la opción de Olivera como canciller, pues además de su personalidad supuestamente inadecuada para el cargo es percibido como alguien con escasa cultura y sin conocimientos de derecho internacional.