LIMA.- Escaparon de las llamas y se arrastraron a través del fango, en medio de una feroz tormenta. Así fue como una familia entera de estadounidenses de origen peruano se salvó milagrosamente de morir, tras el accidente del avión en el que viajaban sobre la selva de Perú.
Leandro Vivas, de 43 años, viajaba con sus tres hijas, su hermano Gabriel, de 41, y la esposa de éste, en el avión de la aerolínea TANS, que los llevaba a la ciudad de Pucallpa a visitar a sus padres y celebrar los 15 años de su hija mayor Joshelyn. La madre de ella se había quedado en Lima para preparar la fiesta.
Los seis se cuentan entre los 58 sobrevivientes del trágico accidente que costó la vida a 37 personas el martes, luego que la nave, con 98 ocupantes, se desestabilizara en medio de una tormenta cuando se disponía a aterrizar. Tres personas se encuentran desaparecidas.
Gabriel Vivas, quien reside en Brooklyn, Nueva York, contó a la AP que estaban casi en el aeropuerto de Pucallpa, cuando la turbulencia empezó a sacudir fuertemente la aeronave.
"Estábamos rebotando. Todavía no había ninguna indicación de que algo estaba mal. No había ningún aviso. Rebotábamos y rebotábamos, y entonces tocamos tierra", recuerda.
"Yo estaba adelante de ellos (sus familiares), y pude ver una gran explosión de llamas, justo en donde se había partido el avión, que venía hacia nosotros", agregó.
Dijo, sin dar detalles, que todos saltaron fuera del avión y que de pronto se encontraron semienterrados en fango que les llegaba casi a la cintura.
"Tuvimos prácticamente que arrastrarnos para salir de ahí hacia una parte más elevada". Temían que el avión pudieron explosionar.
Al mismo tiempo, dijo, empezó a ayudar a otras personas, cuando de pronto vio a un bebé de aproximadamente un año, solo, detrás del avión.
"No se cómo el bebé llegó allí, pero estaba bien", relató.
A duras penas, él y otro pasajero con el bebé en brazos, lograron alcanzar una parte más alta y unirse al resto de sobrevivientes en medio de una tormenta de granizo, dijo.
Señaló que desconoce si los padres del niño sobrevivieron, pero que sabe que éste se encuentra vivo y que fue traído a Lima.
Su esposa Diana dice que presintió que habría problemas, cuando miró a través de la ventanilla del avión y vio una torrencial lluvia y nubes negras.
El avión "iba arriba y abajo, arriba y abajo, y entonces se deslizó entre los árboles", relata, conteniendo las lágrimas.
Joshelyn, quien cumplió 15 años el 22 de agosto, un día antes del accidente, dijo que nunca imaginó que viviría tan joven la experiencia de un accidente de avión.
"Para mí fue un terrible regalo de cumpleaños. Estaba tan asustada, pero al menos lo superé y este regalo me dio mucho valor", dijo.
Contó que apenas ella y sus hermanas, de 12 y 10 años, llegaron a un sitio seguro lejos de la nave junto con su padre y tía, empezaron a orar.
"Mi tío nos dijo vamos a rezar, y estábamos en silencio rodeando al bebé", relató. "El granizo caía sobre nosotros y entonces nos juntamos formando como un escudo alrededor del bebé".
