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"Katrina" pone a prueba a Bush

El Presidente estadounidense está enfrentando los niveles de popularidad más bajos desde que llegó a la Casa Blanca.

04 de Septiembre de 2005 | 05:12 | AP
WASHINGTON.- Luego de los atentados del 11 de septiembre, el recién electo presidente George W. Bush necesitaba ser visto como un dirigente fuerte. Con un altavoz en las ruinas del Centro de Comercio Mundial, le dijo a los rescatistas: "Los escucho. Y el resto del mundo los escucha".

Ahora, tras el paso del huracán Katrina, Bush —quien en su segundo mandato enfrenta sus niveles de aprobación más bajos—, lucha para demostrar que puede manejar un desastre nacional que representará una carga durante el resto de su gobierno.

Si el 11 de septiembre fue un momento crucial de su presidencia, Katrina nuevamente pone a prueba su capacidad para manejar crisis.

"No hay duda de que lo afectará y lo hará gravemente", dijo Norman Ornstein, analista político del Instituto Empresarial de Estados Unidos. "El todavía cuenta con el apoyo sólido de las bases. La cuestión ahora es si su actuación ante el huracán empieza a afectar su posición ante ellas".

Criticado por su lentitud al responder al huracán, en días recientes Bush ha viajado a la región afectada y en diversas ocasiones habló en los medios de comunicación para convencer al país de que su gobierno domina la situación.

En su alocución semanal desde la Casa Blanca el sábado, Bush dijo que enviaría a más de 7.000 soldados adicionales a la región y trató de consolar a las víctimas al tiempo que destacaba la labor de los socorristas.

"Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, la de responder a una crisis en una zona de desastre mucho más grande que el área de Gran Bretaña, ha creado problemas tremendos", indicó.

"El resultado es que muchos de nuestros ciudadanos simplemente no reciben la ayuda que necesitan, especialmente en Nueva Orleáns, lo cual es inaceptable", dijo.

En todo caso, si a los horrores en la zona del Golfo de México les hubiera seguido un movimiento inmediato de soldados y ayuda, Bush hubiera evitado muchas críticas.

"Eso hubiera sido muy bueno para el presidente. Uno recibe las culpas cuando es el líder de la manada. En este caso, creo que no hay duda alguna de que no estuvimos preparados adecuadamente y tuvimos una reacción deficiente", dijo Ornstein.

En defensa del presidente, la Casa Blanca insiste en que hubo una respuesta inmediata y continua para ayudar a las víctimas del huracán, aunque al mismo tiempo admite que hay varios problemas que deben ser resueltos.

"El presidente no va a estar satisfecho en tanto no sean solucionados", dijo el sábado el vocero presidencial Scott McClellan.

Como sea, la situación no es una repetición de la tragedia del 11 de septiembre. Luego de los ataques del 2001, los estadounidenses le dieron su apoyo al presidente. Con el huracán, la gente se lo dará a quienes sufren. Y a diferencia del 11 de septiembre, las palabras de Bush podrían no ser suficientes para tranquilizar a la gente y hacerlo ver como un dirigente capaz en momentos de crisis.