NUEVA ORLEANS.- Militares y socorristas recorren este domingo las calles inundadas y salpicadas de cadáveres que todavía deben ser contados en Nueva Orleans, devastada por el huracán Katrina.
Las autoridades advierten a la población que se prepare para lo peor cuando retroceda el agua y anuncia que obligarán a irse de allí a los que no quieran.
"Serán escenas horribles nunca antes vistas en este país, con la posible excepción del 11 de septiembre", dijo el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, en referencia a los ataques terroristas de 2001, que mataron a casi 3.000 personas.
"Realmente quiero decirle a la gente que tenemos días difíciles por delante", dijo Chertoff a Fox News el domingo desde Nueva Orleans.
Los primeros 59 cuerpos fueron recuperados en Nueva Orleans, dijeron altos funcionarios, advirtiendo que es solamente una fracción de los que resultaron muertos.
Ante un posible balance de más de 10.000 muertos, el gobierno del presidente George W. Bush activó una operación de relaciones públicas para contrarrestar las críticas sobre su lentitud en responder a la catástrofe.
Chertoff hizo campaña en los programas matinales televisivos, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, visitaron las áreas afectadas. El lunes Bush inspeccionará por tercera vez la región.
"Si quieres ayudar a este país a cicatrizar tras el resultado de este desastre" es necesario donar sangre, dinero para la Cruz Roja, dijo Bush en un discurso televisado.
Chertoff sugirió que el gobierno federal debe tener mayor liderazgo en estas "ultra-catástrofes".
En declaraciones a la prensa en Metaire, Luisiana, Chertoff anunció que Nueva Orleans será completamente evacuada, por la fuerza si es necesario.
Las autoridades habían ordenado a los 485.000 habitantes de Nueva Orleans -1,4 millones en el área metropolitana- que abandonaran la ciudad, construida bajo el nivel del mar, ante la llegada del huracán, pero miles no pudieron o no quisieron hacerlo.
Algunos policías y bomberos de Nueva Orleans se suicidaron, frustrados por no poder contener el caos en la devastada ciudad, dijo el domingo el alcalde Ray Nagin.
"Algunos bomberos y oficiales de policía quedaron bastante traumatizados. Y ya tuvimos un par de suicidios", dijo Nagin a la cadena CNN.
Se sintieron impotentes mientras la ciudad se sumía en la anarquía con saqueos, violencia y vandalismo por todas partes. "El balance (del desastre) es demasiado para ellos", dijo Nagin.
El alcalde dijo que pretende sacar lo antes posible de la ciudad al personal más afectado por el cansancio y el estrés. "Necesitan evaluaciones físicas y psicológicas", agregó.
"Tenemos que drenar esta ciudad. Tenemos que sacar todos esos cadáveres del agua", dijo, estimando que el balance final será de miles de muertos.
Las autoridades estimaron que llevará varios meses drenar la otrora bulliciosa capital del jazz, por lo cual "no es una alternativa razonable" que los habitantes se queden en sus casas, dijo Chertoff.
Luisiana y Mississipi fueron los Estados más afectados por el huracán, que el lunes azotó la costa del Golfo.
"Básicamente, estamos mudando la ciudad de Nueva Orleans a otras partes del país", dijo Chertoff a Fox News Sunday.
La evacuación masiva será la mayor reubicación de refugiados dentro de las fronteras de Estados Unidos.
El fin de semana se terminó de evacuar por tierra y por aire a los últimos 10.000 sobrevivientes que habían permanecido una semana en el Superdome y el Centro de Convenciones de Nueva Orleans.
En el aeropuerto de la ciudad, transformado en albergue para ancianos y enfermos, así como punto de partida a otros lugares, decenas de personas de asilos y hospitales yacían en camillas en el piso.
"Ya se murieron 25 aquí", dijo el capellán Mark Reeves, del Equipo federal de Asistencia Médica para Desastres.
El espectro de enfermedades también amenazaba las tareas de rescate. Los médicos temen que las aguas fétidas y las difíciles condiciones en albergues puedan generar cólera, fiebre tifoidea, malaria y virus del Nilo.
Bush desplegó 7.000 soldados en servicio activo en la zona, en respaldo de decenas de miles de Guardias Nacionales que intentan controlar vandalismos y saqueos y aceptó la oferta de ayuda de la ONU.
Unos 3.000 efectivos de la 82a División de élite Aerotransportada llegaron a Nueva Orleans el sábado.
Desde el aire y por tierra las autoridades hacían llegar agua y alimentos a las víctimas.