CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI animó hoy a la Iglesia de México a formar a los jóvenes para que alcancen su plenitud por medio de Cristo y eviten caer en la trampa de creerse realizados a través del poder tecnológico, político y económico.
El Papa transmitió este mensaje a un grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de México en visita "ad límina apostolorum", la que todos los obispos están obligados a realizar cada cinco años a la Sede Apostólica.
En su discurso, el Pontífice exhortó a los prelados mexicanos a potenciar la formación entre los jóvenes que, "al dejar de frecuentar la comunidad eclesial tras los sacramentos de iniciación, se encuentran ante una sociedad marcada por un creciente pluralismo cultural y religioso".
Advirtió de que a veces los más jóvenes se encuentran "muy solos y como desorientados" a la hora de hacer frente a las corriente de pensamiento actuales, que en ocasiones transmiten la idea de que la plenitud se alcanza "sin necesidad de Dios e incluso contra Dios".
El medio que propugnan estas corrientes es "el poder tecnológico, político y económico", alertó el Papa Ratzinger, que pidió a la Iglesia que acompañe y convoque a los muchachos "con entusiasmo" para integrarlos en la comunidad eclesial y que asuman el compromiso de transformar la sociedad.
También pidió que la Iglesia mexicana preste especial atención a las familias, porque "el padre y la madre necesitan recibir una formación que les ayude a ser los ’primeros evangelizadores’ de sus hijos", dijo.
Por otra parte, llamó a respaldar las aspiraciones de los que quieren consolidar unas instituciones democráticas, económicas y sociales que reconozcan los derechos humanos y los valores culturales del pueblo.
Sus reivindicaciones "deben encontrar un eco y una respuesta iluminadora en la acción pastoral de la Iglesia", dijo.
Benedicto XVI alentó además a los obispos a que trabajen juntos para "aunar fuerzas e intercambiar experiencias", para que la Conferencia del Episcopado Mexicano sea "un signo vivo de la comunión eclesial".
El Pontífice concluyó su mensaje recordando que la sociedad actual "cuestiona y observa" a la Iglesia y le exige "coherencia e intrepidez en la fe".
"En la tarea evangelizadora hay que ser creativos, siempre en fidelidad a la Tradición de la Iglesia y de su magisterio", señaló.
En este sentido, afirmó que la Iglesia de México ha de aprovechar la colaboración de sus fieles y las oportunidades que las instituciones públicas ponen a su alcance para difundir el Evangelio en la cultura actual, marcada por los medios de comunicación social.
"Poner el rostro de Cristo en ese ambiente mediático requiere un serio esfuerzo formativo y apostólico que no puede postergarse", concluyó.
