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Policía brasileña resuelve caso de matanza de familia japonesa

Cino personas fueron torturadas y asesinadas para robarles 5 mil dólares. Sólo se salvó un bebé que estaba en brazos de su madre.

13 de Septiembre de 2005 | 19:51 | EFE
SAO PAULO.- La Policía brasileña dio hoy por resuelto el caso de la familia de origen japonés que fue torturada y asesinada dentro de su propia casa en Sao Paulo, con la captura de un individuo que admitió su participación en el múltiple crimen.

El bárbaro asesinato de cinco miembros de la familia Yonekura ocurrió en la madrugada del pasado domingo y fue cometido por un vigilante conocido de la familia, que ya fue detenido, con la complicidad de otro delincuente que está fugitivo, según la Policía Civil.

Las víctimas fueron el matrimonio de jubilados Tadashi y Futaba Yonekura; sus hijos Fátima y Nilton, y Erica Akemi Miyamoto, esposa de William, otro hijo de los Yonekura, que sobrevivió con graves heridas en la cabeza.

"William está consciente y su testimonio fue muy importante para las investigaciones", dijo el delegado Fabio Guedes Rosa, encargado del caso, a un programa del canal brasileño de televisión Bandeirantes.

Las víctimas fueron encontradas amarradas de pies y manos y amordazadas. Algunas tenían disparos en la cabeza, mientras que un bebé de sólo once meses, hijo de William y Erica, fue hallado ileso en brazos de su madre.

"El bebé se salvó por Dios y por la suerte, porque estaba en brazos de su madre cuando ella fue asesinada de un disparo", anotó el jefe policial.

Según la policía, el vigilante Ricardo Francisco dos Santos, que era conocido de las víctimas, y su cómplice, Celso Alencar dos Santos, penetraron el sábado por la noche en casa de los Yonekura con la intención de robar el dinero que William, su esposa y su hermana Fátima habían ahorrado en Japón, donde trabajaban en una industria de alimentos.

Los tres habían llegado el mismo sábado de Japón para presentar a la familia al bebé, hijo de William y Fátima.

Los delincuentes permanecieron casi doce horas en la vivienda, donde torturaron a las víctimas para obligarlas a entregar el dinero, y después de recibir 5.000 dólares de los Yonekura decidieron ejecutarlos porque sabían que el vigilante había sido reconocido.

"La intención de ellos era no dejar testigos pues Ricardo (Dos Santos) no se preocupó por cubrirse el rostro", agregó el delegado encargado de las investigaciones.

Después de dar por muertos a los adultos de la familia, los asaltantes prendieron fuego a la casa y fue el humo del incendio lo que alertó a los vecinos, que llamaron a la policía y los bomberos.

Según el jefe policial, el detenido reconoció que dio algunos golpes leves a los Yonekura, pero los exámenes practicados a los cadáveres y la versión del sobreviviente indican que fueron sometidos a una violenta sesión de tortura.

"Fueron casi doce horas de terror psicológico y físico, ya que las víctimas fueron golpeadas con objetos puntiagudos, quemadas con cigarrillos y sometidas a otras crueldades", dijo Guedes Rosa.

Las víctimas fueron sepultadas hoy en medio de la conmoción de la comunidad japonesa de la ciudad de Sao Paulo, que tiene la mayor colonia nipona fuera del archipiélago, formada por más de 800.000 personas entre oriundos y descendientes.