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Soldado Lynndie England es declarada culpable por torturas en Abu Ghraib

La soldado estadounidense, que saltó a la escena mundial por la fotografía que la mostró llevando a un detenido iraquí desnudo con una correa para perros, corre el riesgo de pasar hasta diez años en prisión.

26 de Septiembre de 2005 | 16:45 | ANSA

Esta cruda imagen dio la vuelta al mundo.
WASHINGTON.- La soldado estadounidense Lynndie England, quien saltó a la escena mundial por la fotografía que la mostró llevando a un detenido iraquí desnudo con una correa para perros en la cárcel de Abu Ghraib, fue hallada hoy culpable de abuso contra prisioneros de guerra por una corte marcial.

Los jurados de la corte de Texas, hallaron a England (22) culpable de seis de los siete cargos presentados en su contra, por maltrato, conspiración y actos obscenos.

El jurado, formado íntegramente por hombres, se tomó apenas dos horas para deliberar y ahora deberá determinar el castigo para England, quien corre el riesgo de pasar hasta diez años en prisión.

El proceso a England fue el último para el grupo de reservistas acusado por las torturas en Abu Ghraib, la cárcel en las afueras de Bagdad utilizada por las tropas de ocupación estadounidenses para detener sospechosos iraquíes.

De todos los soldados acusados, solamente dos fueron condenados a penas de detención, entre ellos el sargento Charles Graner, considerado el jefe del grupo de policías militares que abusó de los prisioneros.

Seis de los acusados presentaron recursos de apelación y sus procesos siguen adelante.

Las risas que la sentenciaron

Durante el caso contra England, los fiscales volvieron a exhibir algunas de las fotografías que en abril del año pasado dieron la vuelta al mundo, provocando asombro e indignación.

Según el fiscal jefe, el capitán Chris Graveline, England "sabía lo que estaba haciendo" mientras abusaba de los detenidos, ya que "ella reía y bromeaba, disfrutaba y participaba de las humillaciones, todo para satisfacer su humor enfermizo".

El abogado de England, por su parte, el capitán Jonathan Crisp, intentó defenderla afirmando que la soldado estaba buscando contentar a su novio, el sargento Graner, con quien hace pocos meses tuvo un hijo.

Al llegar a Estados Unidos, Graner dejó a England y se casó con la soldado, Meghan Ambuhl, quien abandonó las filas de las fuerzas armadas.