BUENOS AIRES.- El gobierno de Argentina, a través del canciller Rafael Bielsa, rechazó hoy que se haya previsto derribar aviones que sobrevuelen sin permiso las zonas marcadas como vedadas, durante la celebración de la IV Cumbre de las Américas, el mes próximo en este país.
El funcionario declaró a la radioemisora Radio Mitre que "Argentina no va a derribar ningún avión porque carece de una legislación específica y, es más, porque tampoco hay convenios internacionales al respecto".
Con estas declaraciones, el canciller argentino desmintió una información que publicó ayer el diario "Clarín", que indicó que esa medida de seguridad fue ofrecida a Estados Unidos, en el marco del plan de seguridad concebido para proteger la cumbre de Jefes de Estado americanos, que tendrá lugar en la ciudad de Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, los días 4 y 5 de noviembre próximo.
El mencionado rotativo dijo además que el gobierno de Estados Unidos prestaría "entre 6 y 8 misiles inteligentes" a la Fuerza Aérea de Argentina, para que fueran utilizados en caso de vuelos irregulares, pero el canciller Bielsa lo negó. En cuanto a la asistencia del presidente estadounidense George W. Bush a la cumbre continental, Bielsa dijo que solamente hay "0.01 por ciento de posibilidades" de que no asista.
Por su parte, Guillermo Lozada, portavoz de la Fuerza Aérea de Argentina, afirmó hoy que desde hace un año se estudia en el Congreso un proyecto de ley que autoriza el derribo de aviones que efectúen vuelos no autorizados o ilegales. Lozada dijo que "la Fuerza Aérea está esperando que se apruebe la ley para poder actuar de acuerdo como crea necesario", y agregó que Estados Unidos podría facilitarle armas "si fuera necesario".
Aclaró que "los vuelos comerciales estarán muy restringidos y los vuelos que operen en las inmediaciones (de Mar del Plata) estarán muy controlados" durante la Cumbre de las Américas. El gobierno argentino elaboró un plan de seguridad que incluye la movilización de alrededor de 7 mil policías, militares y agentes del servicio secreto para custodiar a los 34 Jefes de Estado invitados a la reunión, de todos los países americanos excepto Cuba.
