MOSCÚ.- El entierro del líder antibolchevique Antón Denikin, ha desatado un nuevo clamor para sepultar para siempre la momia de Vladímir Lenin, que más de un decenio después de la caída del comunismo aún yace en el mausoleo de la Plaza Roja.
"Debemos pasar esta sangrienta página de nuestra historia. Todos los dirigentes y protagonistas de la Guerra Civil (1918-1921) ya han encontrado su última morada", aseguró Pavel Krasheninnikov, jefe del comité legislativo de la Duma rusa.
El mausoleo de mármol y granito, donde descansa el cuerpo embalsamado del fundador de la URSS, ha sido objeto de peregrinación desde su muerte en 1924, aunque en los últimos años han aumentado las voces partidarias de poner fin a este culto a la personalidad.
Aunque Lenin no dejó testamento, su viuda, Nadiezhda Krúpskaya, se opuso a la exposición de la momia de su marido y dijo que el líder bolchevique había expresado su deseo de descansar junto a su madre y hermano en el cementerio de Vólkovskoye, de San Petersburgo.
Este asunto fue debatido por vez primera en 1990 cuando Boris Yeltsin asumió la presidencia de la República Socialista Soviética Rusa, pero la postura contraria de la Duma de la URSS obligó a posponer el debate.
Ahora, en cambio, agregó el diputado, "este asunto ya no desata hostilidades en nuestro sociedad. Desde el punto de vista humanitario debe ser enterrado, pero la dignidad y la ideología de sus seguidores no debe ser humillada".
Esta nueva corriente de opinión surgió en vísperas del entierro con honores militares del general Denikin, que combatió a la "guardia roja" y murió en Estados Unidos en 1947, oficiado por el Patriarca ruso Alexis II.
La vicepresidenta de la Duma, Liubov Sliska, que asistió ayer al acto en el monasterio de Donskoi junto a cientos de moscovitas, llamó a dar también a Lenin un "entierro cristiano", a pesar de sus convicciones ateístas.
"Lenin debería ser enterrado en enero, tres días después del aniversario de su muerte. Es decir, el día 24", señaló.
No obstante, Sliska llamó a "no utilizar este asunto con motivos políticos" y agregó que "se han agotado" los argumentos de los que desean conservar la momia en el mausoleo bajo los muros del Kremlin.
El líder del Partido Liberal Democrático de Rusia, Vladímir Yirinokvski, también apoyó en un comunicado la iniciativa de enterrar a Lenin y, de paso, pidió la ilegalización de los comunistas.
"La reconciliación nunca será lograda hasta que Lenin sea retirado de la Plaza Roja y el Partido Comunista sea ilegalizado", señala.
El prestigioso director de cine y presidente del Fondo de Cultura Rusa, Nikita Mijalkov, monárquico convencido, cree que al entierro de Denikin debe seguir el de Lenin.
"Lenin debe ser enterrado como uno de los más grandes estadistas de la historia. Si se hace bien, de manera civilizada y humana, los rusos lo entenderán", dijo.
El cineasta añadió que muchos rusos "odian" a Lenin y otros le "adoran", pero "cuánto se puede odiar a una persona para no dar tranquilidad a sus restos?".
Mijalkov considera "erróneo" invertir tanto dinero en cuidar una momia y un mausoleo para que "una persona que trabaja en una mina en Siberia le premien con recorrer seis mil kilómetros para ver un cadáver".
El representante del Kremlin en el Distrito Federal Central, Gueorgui Poltavchenko, propuso la pasada semana sepultar "bajo la madre tierra" al fundador de la Unión Soviética.
"Más de una vez nuestro país ha sido escenario de revueltas y raramente alguien respondió de ello en vida. No creo que sea correcto que quien desató estos conflictos yazga al lado del Kremlin, en el mismo centro del Estado ruso", señaló.
Putin intentó zanjar la polémica en 2001 cuando afirmó que Lenin yacería en el mausoleo a los pies del Kremlin hasta que una mayoría de rusos manifestara públicamente lo contrario.
Según las encuestas, el 56 por ciento de los rusos está actualmente a favor de sepultar el cuerpo de Lenin, un cuatro por ciento más que en 2003.
Entre los partidarios de la sepultura de Lenin se encuentra el último dirigente soviético Mijaíl Gorbachov, mientras a ella se opone el líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov, que considera que los rusos comprenden cada vez mejor el papel histórico del impulsor del "Terror rojo".
La momia de Lenin ha permanecido desde el 1 de agosto de 1924 en el mausoleo a excepción de 1.360 días durante la II Guerra Mundial, cuando fue evacuado a Tiumén, en Siberia.