NUEVA YORK.- Los interminables escándalos en relación a los años del ex presidente estadounidense Bill Clinton en la Casa Blanca lo hicieron blanco constante de las investigaciones del FBI (policía federal), reveló el ex director del FBI, Louis Freeh.
"El problema con Bill Clinton era que nunca se acababan los escándalos y los rumores de escándalo, los que empezaban a gestarse y los que morían", escribe Freeh en un libro de memorias de próxima aparición que rememora su época en el Buró Federal de Investigaciones.
"Cualquier rumbo moral que el presidente considerara lo llevaba en la dirección contraria. Su armario estaba lleno de trapitos sucios listos para salir al sol", dijo Freeh, quien fue nominado por Clinton pero terminó teniendo una relación extremadamente fría con el presidente.
Se prevé que las memorias de Freeh, tituladas "Mi FBI", salgan a la venta la próxima semana.
En el programa "60 minutos" de la cadena CBS que se emitirá el domingo, Freeh dijo que la investigación más desagradable que el FBI tuvo que realizar fue con relación al affair de Clinton con la pasante de la Casa Blanca, Monica Lewinsky.
"Era como una mala película", comentó Freeh, al recordar que el FBI debió tomar una muestra de sangre del presidente para compararla con el ADN de la mancha de semen del vestido de Lewinsky.
"Lo hicimos con mucho cuidado, en forma muy confidencial", contó Freeh. Dijo que Clinton estaba en una cena y pidió permiso para ir al baño, pero en realidad entró a un cuarto donde médicos del FBI lo aguardaban para sacarle sangre.
Freeh dijo que, como quería distanciarse de todo eso, rechazó un pase libre para entrar en la Casa Blanca y dejó registro oficial de todas sus visitas.
