MARSELLA.- Cargadores en el puerto de Marsella volvieron al trabajo, al tiempo que crecían las esperanzas de que otra huelga que ha interrumpido los terminales de petróleo en el centro petroquímico y petrolero Fos-Lavera llegue pronto a su fin.
El avance vino luego de que las negociaciones se reanudaran sin el prefecto Christian Fremont, un alto funcionario local del gobierno que ordenó el viernes a la división antimotines de la policía nacional (CRS) despejar las rutas de acceso a la terminal de Fos-Lavera.
"El regreso al trabajo sucedió en cuanto la CRS dejó el puerto. El trabajo debería volver a la normalidad en el área de Marsella", dijo el representante del Sindicato CGT, Daniel Manca.
Sin embargo, los trabajadores que operan las grúas y otros equipamientos permanecieron en huelga en el centro de Fos-Lavera, donde se producen 600.000 barriles diarios, impidiendo la descarga de los buques contenedores y cargueros.
Pero tras cinco horas de conversaciones entre la gerencia y los sindicatos, Fremont dijo que se estaba cerca de alcanzar un borrador de acuerdo.
"Salvo por algunos matices, parece existir la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo. El objetivo es volver al trabajo el lunes", dijo Fremont a la prensa.
La huelga de doce días consecutivos se convocó contra la privatización de una compañía de ferry.
Otra disputa que envuelve en estos días a la refinería Gonfreville de Total en el norte de Francia, ha sido extendida hasta el lunes.
Patrick Varache, representante de la CGT en la planta, dijo que la dirección rechazó una oferta del sindicato que incluía levantar una demanda clave sobre alzas salariales.
Total ha dicho que está perdiendo más de 2,0 millones de euros (2,39 millones de dólares) por día debido a la huelga de Gonfreville, pero la CGT estimó que las pérdidas eran dos veces esa cifra.
En Marsella, dos de las cuatro refinerías en el polo petrolero, Shell y BP , han dicho que la producción será amenazada si la huelga de trabajadores continúa la próxima semana.
Las huelgas pusieron la mitad de la capacidad de refinación de Francia en riesgo y se sumaron a las preocupaciones por el suministro mundial de combustible al coincidir con el cierre de las refinerías en la costa estadounidense del Golfo de México, luego del reciente embate de los huracanes Rita y Katrina.
