WASHINGTON.- Los suicidios, con breves intervalos entre sí, de tres veteranos de Irak, todos miembros del grupo de las Fuerzas Especiales del Ejército de estancia en Fort Carson, Colorado, ha desatado en Estados Unidos una polémica sobre si es apropiada la preparación de los soldados para afrontar el stress de combate.
Los tres militares que se suicidaron, un oficial con 15 años de experiencia, un sargento y un soldado especialista en electrónica, no se conocían entre sí y tenían poco en común, al margen de su experiencia en Irak.
Los uniformados se quitaron la vida en el lapso de un año y medio, tras haber regresado del frente de batalla.
Sus superiores suponen que se trata de una "trágica coincidencia", pero analistas militares sostienen que el "ambiente de trabajo en que tuvieron que operar jugó un rol decisivo en la posterior determinación".
