MUZAFFARABAD, Pakistán. La situación en el norte de Pakistán, devastado por el sismo de hace una semana, fue calificada de "desesperada" por un representante de la ONU, en momentos en que las autoridades se activan para alojar a 2,5 millones de damnificados antes de la llegada del invierno.
En tanto, las labores para ir en ayuda inmediata de los damnificados del sismo que provocó más de 26.000 muertos, proseguían este viernes cuando el ejército anunció el fin de la búsqueda de sobrevivientes en Muzaffarabad, capital de Cachemira paquistaní.
Entre 40.000 y 50.000 soldados fueron desplegados para participar en los socorros en esta zona donde se corre contra el tiempo para alcanzar las aldeas aisladas desde el sismo del 8 de octubre.
La mayoría de los equipos de socorro estaban operando desde Muzaffarabad, donde establecieron sus campamentos de base.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC) comenzó a instalar un hospital de campaña en Muzaffarabad. La estructura, que cuenta con 100 camas, estará en operaciones a partir de la semana próxima.
Otros centros médicos podrían ser instalados en las aldeas alejadas, una vez que el CIRC haga llegar hasta la región dos o tres helicópteros suplementarios en los próximos días.
Un equipo francés también instaló un centro quirúrgico en la ciudad donde trabajan unos treinta militares del servicio sanitario con sus homólogos paquistaníes.
Según la Organización mundial de la salud (OMS), en la región habría al menos 50.000 heridos, los que sufren sobre todo de fracturas y traumatismos.
La OMS estableció que 26 hospitales resultaron total o parcialmente destruidos, como la mayoría de las 600 clínicas de las regiones damnificadas.
Envío de ayuda
Los helicópteros del ejército paquistaní proseguían sus rotaciones entre las zonas damnificadas y la capital Islamabad, llevando socorros y víveres al tiempo de transportar a los heridos.
No obstante, problemas de logística hicieron que disminuyeran las operaciones aéreas y algunos aparatos no pudieron seguir volando por falta de mantenimiento apropiado.
Las esperanzas de encontrar sobrevivientes fueron abandonadas y la maquinaria pesada entró en acción para despejar los escombros y retirar los cadáveres conel fin de evitar así todo riesgo de epidemia.
Los esfuerzos se concentran ahora para dar alojamiento a unos 2,5 millones de damnificados antes de la llegada del invierno en noviembre.
"No es posible dar abrigo a todas las personas afectadas", advirtió Farooq Javed, general paquistaní encargado de las operaciones de socorro en su país.
En las próximas semanas se instalarán "ciudades de tiendas" para dar un abrigo elemental a los sobrevivientes, indicaron las autoridades.
El coordinador de la ayuda humanitaria de urgencia de las Naciones Unidas, Jan Egeland, que sobrevoló el jueves las zonas afectadas, calificó de "desesperada" la situación en el norte de Pakistán.
"La devastación es increíble (...) Seguimos en una carrera contra el tiempo y necesitamos aún más helicópteros, más agua, más tiendas y más dinero", señaló Jan Egeland.
Zona india
En la parte india de Cachemira, las autoridades están preocupadas también por la suerte de miles de habitantes de las aldeas situadas en los contrafuertes del Himalaya, aislados y expuestos a las intemperies.
El jueves, las Naciones Unidas indicaron haber recibido de parte de los países donantes compromisos del orden de los 165 millones de dólares en favor de las víctimas del sismo en Asia meridional.
El martes, la ONU había hecho un llamado para obtener fondos por un monto de 272 millones de dólares, durante un periodo de seis meses.
Estados Unidos se mostró menos generosos y la Cruz Roja de ese país sólo recolectó hasta ahora 45.000 dólares, contra varias decenas de millones en una semana después del tsunami de diciembre y el huracán Katrina en agosto, según informó su portavoz.
