MUZAFARABAD, Pakistán.- El número de muertos por el devastador terremoto en Pakistán subió a cerca de 40.000 el sábado, mientras la lluvia y el frío agravaban las penurias de millones de víctimas sin hogar.
Las condiciones meteorológicas obligaron también a mantener en tierra los vuelos con ayuda, una semana después del desastre.
Las tormentas eléctricas y el frío continuarían en los siguientes dos días, lo que podría afectar los esfuerzos para ayudar a unos 2 millones de personas, que carecen de refugio de cara al crudo invierno en el Himalaya.
Al comienzo de la semana, las lluvias obligaron a mantener en tierra los helicópteros, e impidieron el tránsito de camiones cargados con ayuda.
El portavoz del ejército, mayor general Shaukan Sultán, dijo que el número de muertos por el terremoto del 8 de octubre se había incrementado a 38.000. Unas 62.000 personas resultaron lesionadas.
En la vecina India han muerto 1.350 personas más.
El número oficial de fallecidos permanecía en 25.000, pero de acuerdo con fuentes castrenses, subió considerablemente porque más cadáveres fueron retirados de entre los escombros de los edificios en los días recientes.
Prominentes funcionarios habían ya reconocido en privado que los muertos sumaban entre 35.000 y 40.000.
A las 8.51, miles de musulmanes se congregaron en la mezquita de Faisal, en Islamabad, para una ceremonia especial, en la que se oraría por los muertos, exactamente una semana después del terremoto.
Kari Nauman Amad, quien encabezó las plegarias, instó a la gente a donar lo que pudiera para las víctimas, y a pedir el perdón de Alá. Señaló que las réplicas sísmicas constantes representaban una señal de que Dios no estaba contento.
La madrugada del sábado, una réplica de magnitud 5 estremeció la zona devastada, sin que hubiera reportes inmediatos de daños o más lesionados. Han ocurrido más de 500 réplicas durante la última semana.
