TOLEDO, Ohio, EEUU.- Una multitud que se reunió para protestar el sábado contra una marcha de supremacistas blancos terminó por atacar a pedradas a la policía, dañar vehículos y tiendas e incendiar un bar, dijeron las autoridades.
El alcalde Jack Ford culpó de la violencia a pandilleros que se aprovecharon de la situación. Declaró un estado de emergencia, con un toque de queda desde las 8 de la noche durante el fin de semana, y pidió ayuda a la Policía de Caminos.
"Esto es exactamente lo que ellos querían", dijo Ford sobre el grupo que planeó la marcha, que fue cancelada debido a la violencia.
Al menos dos docenas de miembros del Movimiento Nacional Socialista, grupo que se hace llamar "el Partido Nazi de Estados Unidos", estaban reunidos en un parque de la ciudad para marchar bajo protección policial. Los organizadores de la concentración dijeron que se estaban manifestando contra las pandillas de raza negra que hostigaban a la población blanca.
La violencia estalló en la ruta de la marcha poco antes de su inicio. Un grupo de hombres se abalanzó sobre una tienda, mientras que otros volcaron vehículos y varios automóviles fueron incendiados.
Hubo reportes de un tiroteo, pero la policía no halló víctimas, indicó el jefe policial Mike Navarre.
Durante varias horas, unos 150 policías persiguieron a grupos de jóvenes por las calles. Agentes lanzaron bombas de gas y petardos diseñados para aturdir a los sospechosos, solamente para ver cómo los grupos se reagrupaban y les lanzaban piedras y botellas.
Finalmente, los policías terminaron por marchar hombro con hombro por las calles, gritándole a la gente que se quedara en sus residencias, y la multitud violenta finalmente retrocedió y luego se dispersó.
Al menos 65 personas fueron arrestadas bajo cargos que incluyen agresión, vandalismo, desobediencia a una orden policial y no haberse dispersado ante una orden para hacerlo. Los supremacistas blancos se habían retirado horas antes, señaló Navarre.