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New York Times dice que caso de la CIA lo golpeó

En una nota en la tapa, el diario dijo que mientras que los editores habían apoyado a Miller, pagando millones en multas legales, dejaron el manejo del caso en sus manos, "una intrépida periodista cuyos editores encontraron difícil controlar".

16 de Octubre de 2005 | 21:06 | Reuters

En imagen de archivo, la periodista Judith Miller en rueda de prensa sobre el caso.
WASHINGTON.- El New York Times dijo el domingo que había sido dañado por el caso de la periodista Judith Miller, quien fue a la cárcel por no revelar una fuente en una investigación federal sobre la salida de una agente de la CIA.

En una nota en la tapa, el diario dijo que mientras que los editores habían apoyado a Miller, pagando millones en multas legales, dejaron el manejo del caso en sus manos, "una intrépida periodista cuyos editores encontraron difícil controlar".

El ex editor investigativo Douglas Frantz dijo que una vez Miller bromeó en llamarse "Señora Run Amok", porque, como explicó, "podía hacer lo que quería".

Después de pasar 85 días presa para proteger la confidencialidad de un alto asesor del vicepresidente Dick Cheney, Miller declaró que el asesor, Lewis "Scooter" Libby, había mencionado, pero no nombrado, a Plame en tres conversaciones.

Miller dijo que retuvo la fuente hasta que se convenció que él había libremente renunciado a su derecho de confidencialidad.

Los editores del diario salieron a proteger el derecho de Miller de proteger su fuente, pero internamente el personal estaba dividido y tenso, particularmente por el modo en que estaba siendo sacado de su propia historia.

"Ni el Times ni su causa emergieron ilesos", dijo el diario en la nota, que fue acompañada por el relato en primera persona de Miller sobre su testimonio ante el gran jurado.

Tres cortes, incluyendo la Corte Suprema, se negaron a apoyar a Miller, y la forzaron a ir a la cárcel para proteger a su fuente.

El diario luego fue criticado por preservar una fuente de la administración que trataba de desacreditar al marido de Plame, el diplomático Joe Wilson, por su crítica a la guerra en Irak. Y el diario no informó la historia en su totalidad, incluso negándose a nombrar a Libby cuando muchos otros medios ya lo habían identificado.

Masajes, manicura, Martini

Mientras el equipo del diario estaba golpeado por la historia de su salida de la cárcel, el publicista del Times, Arthur Sulzberger Jr. y el editor ejecutivo Bill Keller la llevaban a un hotel de Washington para recibir un masaje, manicura y un bife para cenar.

Cuando le preguntaron al editor Jill Abramson qué lamentaba del manejo del caso Miller, contestó que "todo".

El artículo del Times hacía notar que Miller, 57, ganadora de un Premio Pulitzer junto a un equipo del diario por sus notas sobre al-Qaeda, era una figura decisiva en la sala de noticias.

Miller también reconoció fallas en sus informes sobre armas de destrucción masiva en Irak, que nunca fueron encontradas. El diario dijo que cinco de los seis artículos criticados eran de Miller.

Pero nunca escribió una historia sobre Plame, la agente de la CIA nombrada en julio de 2004 en la columna de Robert Novak, que desde allí ha testificado ante el gran jurado federal.

En entrevistas al Times por la historia, Sulzberger y Keller dijeron que sabían la identidad de Libby pero consideraron que el caso rozaba el principio periodístico y no le hicieron preguntas a Miller acerca de sus conversaciones.

"Hubiera deseado que fuera un caso de perfil más bajo. Ojalá hubiera involucrado a una periodista con menos peso público", dijo Keller.

Cuando volvió a la sala de noticias del diario en medio de un aplauso medido, Miller dijo que admitía que "ella y el Times no habían hecho un buen trabajo en hacerle entender a la gente qué se había logrado".

"Lo podías ver en la cara de la gente", dijo.

El periodista Todd Purdum en la mesa de Washington dijo que admiraba la voluntad del diario en apoyar a sus reporteros, pero que le trajo problemas la manera que Miller operó "fuera del control de los directivos".

El relato del Times concluyó en que el diario limitó su propia habilidad para cubrir "uno de los escándalos más grandes del día".

"Aunque el diario reclamó el apoyo del público, no pudo contestar a sus preguntas", dijo el Times.