 Shamil Basáyev. |
MOSCÚ.- El jefe militar de la guerrilla chechena, Shamil Basáyev, asumió hoy la responsabilidad por el sangriento ataque a Nalchik, la capital de Kabardino-Balkaria, y admitió grandes bajas, que atribuyó a una filtración pocos días antes del asalto.
"El mando de la operación estuvo a cargo del emir del sector kabardino-balkar del frente del Cáucaso, Seifulah. Yo efectué la supervisión operativa general", afirmó Basáyev en una declaración difundida por la página web de los separatistas islámicos chechenes Kavkaz Center.
Basáyev, declarado "terrorista número uno de Rusia" por las autoridades de Moscú, dijo que en el asalto a Nalchik del jueves pasado participaron "217 muyahidín, que atacaron simultáneamente a las 09:14 horas (02:14 hora chilena) 15 objetivos militares de todas las estructuras de fuerza de la república de Kabardino-Balkaria".
El jefe guerrillero chechén, a quien algunos testigos aseguraron haber visto en la ciudad durante los combates, afirmó que los principales grupos de asalto abandonaron Nalchik dos horas después del comienzo del ataque.
Admitió 41 muertos en las filas de los atacantes y señaló que se trata de un "gran número de bajas".
"Estas (bajas) se explican por el hecho de que cinco días antes del comienzo de la operación se produjo una importante fuga de información y los infieles enviaron a Nalchik en aviones, trenes y camiones más de 1.000 efectivos de tropas especiales", dijo Básayev.
Según el ministro ruso del Interior, Rashid Nurgalíev, 92 guerrilleros murieron durante los feroces combates en Nalchik, que también costaron la vida a 12 civiles y a 33 efectivos de las fuerzas de seguridad.
Basáyev declaró, por su parte, que cerca de 140 soldados y agentes policiales murieron en el ataque y que más de 160 resultaron heridos.
"La peculiaridad de esta acción es que por primera vez se llevó a cabo una operación puramente de asalto, sin bloqueo, de tal magnitud", añadió el jefe guerrillero chechén, quien destacó el "brusco aumento del número y la calidad del adversario".
Agregó, no obstante, que pese a las "enormes bajas" el ataque a Nalchik fue un "gran éxito".
Entre tanto, cerca de un centenar de personas se congregó frente a las sede de la Fiscalía de la república norcaucásica rusa de Kabardino-Balkaria para exigir la entrega de los cadáveres a los familiares de los muertos.