BAGDAD.- El depuesto Presidente iraquí, Saddam Hussein, y otros siete inculpados se declararon no culpables hoy ante el tribunal que los juzga en Bagdad por la masacre de 143 chiitas en 1982.
"Repito lo que he dicho, no soy culpable. Soy inocente", dijo Hussein.
Los otros siete acusados, el ex vicepresidente Taha Yassin Ramadan; el hermanastro de Hussein y ex jefe de los servicios secretos, Barzan al-Tikriti; el ex fiscal jefe del Tribunal Revolucionario, Awad al-Bander; y cuatro dirigentes del disuelto partido Baaz, Abdallah y Mizar Rueid, Ali y Mohammed al-Ali, se levantaron por turnos a petición del presidente del tribunal declarándose igualmente "inocentes".
El juez Rizgar Mohammed Amin continúa interrogando a los acusados de la masacre de 143 habitantes chiitas en la localidad de Dujail, en 1982.
Poco antes Hussein preguntó desafiante: "¿Quiénes son ustedes?, ¿Qué quiere esta corte?", y luego agregó "por respeto al glorioso pueblo iraquí, me niego a responder, porque este tribunal es ilegal".
"No te reconozco a tí ni al tribunal que presides -dijo al juez-, y tampoco reconozco la agresión contra Irak. Aún conservo mi derecho constitucional como presidente de Irak a no responder a tus preguntas, pues lo que se ha construido sobre el vacío está vacío", dijo.
El Tribunal Especial Iraquí fijó para el 28 de noviembre la próxima audiencia del juicio del depuesto presidente iraquí.
Acusaciones
El presidente del tribunal, el kurdo Rizkar Mohamed Amin, había leído previamente el acta de acusación.
Entre los cargos que se imputan a los ocho acusados figuran "asesinato, expulsión forzada, encarcelamiento, tortura y no respeto de las reglas internacionales".
El magistrado también les advirtió que si durante el juicio se demuestra su culpabilidad pueden ser condenados a la pena máxima.
"Los acusados tienen responsabilidades personales en este caso", dijo refiriéndose a la masacre de 143 chiítas en 1982, antes de agregar que, según el código penal, estas acusaciones "pueden acarrear la pena de muerte".
