
PLAYA DEL CARMEN.- El poderoso huracán Wilma destruía hoy a su paso las paradisíacas playas del Caribe mexicano con intensos vientos y lluvias, y amenazaba con provocar graves daños así como pérdida de vidas mientras se desplazaba por la península de Yucatán.
Los vientos de 220 kilómetros por hora derrumbaron casas, arrancaron árboles y dejaron a miles de turistas atrapados en refugios colmados de gente.
Láminas de metal se desprendían de los techos de las casas en Playa del Carmen y volaban peligrosamente por las calles.
La lenta tormenta azotó la costa por más de 24 horas y se esperaba que continuara en el área por lo menos hasta el sábado por la noche, elevando el riesgo de un desastre catastrófico.
Las autoridades dijeron que no habían reportes de muertes hasta el momento y que habían evacuado a más de 50.000 personas.
"Es un monstruo. Está aullando todo el tiempo", dijo Guadalupe Torroella en el costero centro turístico de Cancún, donde el agua del mar llegó a tierra e inundó los hoteles internacionales del lujoso balneario.
Wilma, un huracán de categoría 4, arrojó casi 60 centímetros de lluvia en Isla Mujeres, un registro sin precedentes en México.
"Estamos hablando de un huracán récord en cuanto a lluvia se refiere", dijo el meteorólogo Alberto Hernández Unzón, quien agregó que Wilma, la segunda tormenta más poderosa de la temporada, tenía un inusual diámetro de 800 kilómetros.
Deslaves provocados por lluvias de Wilma mataron a 10 personas en Haití esta semana, mientras Cuba fue castigada por varios tornados cuando el huracán golpeó la parte oeste de la isla.
Se esperaba que Wilma comenzara a castigar el sur del densamente poblado estado de Florida el domingo. Pese a que los meteorólogos estiman que la tormenta se debilitará para entonces, las autoridades en los Cayos de la Florida ordenaron a los turistas abandonar el lugar y consideraban evacuar a los 80.000 residentes de las islas.
Cinco casas precarias colapsaron en Playa del Carmen, en México, pero sus habitantes se encontraban entre las decenas de miles de personas que habían buscado refugio.
Las ventanas del edificio del ayuntamiento estaban rotas y los muebles caídos al piso dentro de las oficinas. Cinco prisioneros escaparon de una cárcel cercana hacia la selva, tras la caída de una valla.
Yucatan azotada
La tormenta arrojaría entre 25 y 50 centímetros de lluvia en Yucatán y áreas despobladas de las montañas del oeste de Cuba. Algunas zonas podrían recibir hasta un metro de lluvia, dijeron meteorólogos estadounidenses.
"(La península de) Yucatán realmente va a resultar golpeada con esto", dijo Max Mayfield, director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. "Continuará castigando a la región por al menos 24 horas", añadió.
Wilma registró un breve récord como el huracán más potente días atrás cuando aún estaba en el mar.
A lo largo de toda la Riviera Maya mexicana miles de turistas se apiñaban nerviosamente en húmedos gimnasios y escuelas, mientras las endebles cabañas de madera de la playa donde muchos de ellos se estaban quedando recibían el golpe del huracán.
"Cuando volaron las tablas de nuestra ventana, decidimos mirar hacia afuera y --oh mi Dios!", dijo Gloria Winkles, una turista estadounidense refugiada en un pequeño hotel que miraba por la ventana cómo furiosas aguas casi habían sumergido la mitad de un automóvil "jeep" azul
Abatidos visitantes dormían en húmedos refugios y jugaban a las cartas a la luz de las velas.
"El problema es que no se sabe cuánto tiempo va a seguir. No se sabe nada", dijo Christen Jasmin, una turista suiza de 19 años, sentada a media luz en el comedor de un hotel en Playa del Carmen.
Cuba evacuó 368.000 personas de las áreas costeras por si se producen inundaciones y crecidas.
Wilma se convirtió el miércoles en la tormenta más fuerte registrada en el océano Atlántico, en términos de presión barométrica.
A las 11 p.m EDT del viernes (0300 GMT) el ojo del huracán estaba a 25 kilómetros al sur de Cancún y se movía lentamente hacia el noroeste a 6 km/h.
Se espera que la tormenta no afecte las instalaciones petroleras y de gas en el Golfo de México, que fueron golpeadas por los huracanes Katrina y y Rita en agosto y septiembre, aunque los naranjales de Florida están en riesgo.
Todavía faltan seis semanas para que finalice la temporada de huracanes, que ya produjo tres de los ciclones más intensos de los que se tenga registro. Expertos en huracanes señalan que el Atlántico ha iniciado un período de alta actividad ciclónica que podría durar otros 20 años.