CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI reafirmó el domingo la regla católica del celibato sacerdotal, rechazando las sugerencias de que el modo de hacer frente a la falta de sacerdotes en la Iglesia sería permitirles el matrimonio.
En el discurso de la primera ceremonia de canonización en sus seis meses de pontificado, también ha expresado la solidaridad de la Iglesia con China, donde el gobierno comunista no permite a los católicos reconocer ampliamente al Papa y al Vaticano.
Los nuevo santos de la Iglesia proclamados por el Papa el domingo en la misa al aire libre en la que una inusual niebla rodeaba la Plaza de San Pedro incluyeron dos italianos, un chileno y dos polacos.
En su homilía, el Papa habló del celibato sacerdotal, uno de los principales temas del sínodo de tres semanas que se cerraba con la misa del domingo.
"El celibato de los sacerdotes es un precioso regalo y el signo de amor completo a Dios y al prójimo fundado sobre el Misterio Eucarístico, celebrado y adorado", dijo a las decenas de miles de personas.
La falta de sacerdotes para los 1.100 millones de católicos dominó el sínodo, donde más de 250 participantes ofrecieron proposiciones para el Papa sobre una serie de problemas de la Iglesia.
Liberales como el grupo disidente "Somos Iglesia" han dicho que la solución a largo plazo para la falta de sacerdotes sería hacer el celibato opcional para los nuevos sacerdotes permitiéndoles que contraigan matrimonio.
Algunos católicos sugirieron que la iglesia ordene "viri probati", término del latín para los hombres mayores, casados y con familias que llevan vidas ejemplares en sus comunidades y tienen una sólida formación en la doctrina católica.
Sufrimiento de la iglesia china
En su homilía, el Papa también mandó un "agradecimiento fraternal" a la Iglesia en China, diciendo que su sufrimiento no será en vano.
"Sentimos con gran tristeza la ausencia de sus representantes", comentó Benedicto XVI, refiriéndose a dos obispos a los que se les impidió acudir al sínodo.
China no dejó al Vaticano designar los obispos, diciendo que sería interferir en asuntos internos. En su lugar, deben pertenecer a una Iglesia permitida por el Estado conocida como la Asociación Católica Patriota.
El Vaticano estima en cerca de ocho millones los seguidores que en China trabajan en la "resistencia eclesiástica", en comparación con los cerca de 5 millones que siguen la asociación estatal.
China no tiene relaciones diplomáticas con el Vaticano desde 1951, dos años después de la toma de poder por parte de los comunistas.
Los cinco nuevos santos fueron Jozef Bilczewski (1860-1923), un arzobispo polaco que trabajó en Ucrania; Gaetano Catanoso (1879-1963), un cura italiano que dedicó su vida a ayudar a los pobres del sur de Italia; Zygmunt Gorazdowski (1845-1920), sacerdote polaco que también trabajó en Ucrania; Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), un cura chileno que ayudó a los pobres y Felice Da Nicosia (1715-1787), monje italiano con reputación de santidad a pesar de su analfabetismo.
