BERLIN.- Un padre de familia alemán de 36 años fue condenado este lunes en Munich (sur) a cadena perpetua por haber torturado y golpeado a muerte a su hijo de 11 semanas en un caso de una "crueldad indescriptible", afirmó el presidente de la Sala de lo Criminal.
La madre del niño, de 24 años, fue declarada culpable de homicidio por negligencia y condenada a 12 años de reclusión. La mujer rompió a llorar al oír el veredicto.
El niño fallecido en diciembre de 2004 sufría 38 fracturas de miembros del cuerpo y del cráneo, había indicado el médico forense que presentó los resultados de la autopsia en el transcurso del proceso. El especialista dijo que nunca había visto nada igual.
Según el fallo del tribunal, el padre golpeaba al pequeño cuando lloraba. Le dio patadas, le retorció los brazos, le golpeó la cabeza contra la cama de barrotes y lo dejó caer de la mesa de poner los pañales.
El hombre había dejado provisionalmente su empleo de albañil para tomarse una baja de paternidad cuando nació su hijo, el 21 de septiembre de 2004.
Siete semanas más tarde, un pediatra diagnosticó una hemorragia cerebral y la madre ya no podía ignorar que su hijo sufría malos tratos, estimaron los magistrados.
"Usted sabía que su marido perdía la cabeza", reprochó el presidente del tribunal, Walter Weitmann, a la madre del niño.
La víspera de su muerte, el 10 de diciembre de 2004, el bebé todavía se hubiera podido salvar si sus padres lo hubieran llevado al médico, según un informe de expertos.
La fiscalía había reclamado cadena perpetua para los padres.
El abogado del padre va a presentar recurso y el defensor de la padre piensa hacer lo mismo.