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Europa busca un consenso sobre su futuro en cumbre de Hampton Court

Los líderes de la Unión Europea discuten en una cita, de apenas ocho horas de duración, los desafíos que enfrenta el bloque en asuntos políticos, sociales y económicos.

27 de Octubre de 2005 | 08:34 | AFP
HAMPTON COURT, GB.- Los líderes de la Unión Europea abrieron hoy en Hampton Court su cumbre informal para buscar un consenso sobre el futuro modelo del bloque ante la globalización, encuentro que debería evitar ciertos temas espinosos, como el presupuesto comunitario.

Un magnífico palacio de Enrique VIII junto al Támesis fue el escenario elegido por el Primer Ministro británico, Tony Blair, para discutir con sus socios los desafíos que enfrenta la UE, por ejemplo ante el surgimiento de otras potencias económicas como China e India, en una cumbre de apenas ocho horas de duración.

Presidente en ejercicio de la UE, Blair tenía el firma propósito de evitar que Hampton Court diese lugar a debates sobre ciertos temas controvertidos, como el presupuesto comunitario 2007-2013, eje de una feroz disputa en la última cumbre europea de junio en Bruselas.

En ese sentido, Blair insistió ayer ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo en que su objetivo es "encontrar un acuerdo sobre la buena dirección económica de Europa" y "definir nuevas prioridades de acción".

Según Blair, la UE debe actuar para reducir el desempleo, aumentar la flexibilidad laboral e invertir en investigación y desarrollo.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo esperar de Hampton Court "proyectos concretos" y no sólo "discusiones".

Más crítico, el Primer Ministro belga, Guy Verhofstadt, señaló en cambio que la cumbre era "necesaria" luego de "cuatro meses de silencio" de la presidencia británica de la UE, que había comenzado el 1 de julio pasado con la promesa de "renovar" a un bloque en crisis de identidad.

En efecto, luego del rechazo a la Constitución Europea en los referendos de Francia y Holanda y la falta de acuerdo sobre su presupuesto, el bloque se encuentra inmerso en un debate sobre su futuro modelo.

Mientas, Blair propone una versión liberal y flexible para adaptarse a los tiempos que corren, varios de sus socios continentales, entre ellos el Presidente francés Jacques Chirac, defienden a rajatabla el modelo social europeo.

El tradicional equilibrio de fuerzas en Europa, con un eje Berlín-París que se opone a Londres, podría cambiar tras la llegada al poder en Alemania de la nueva canciller Angela Merkel, con posiciones más cercanas a Blair.

Sin embargo, esta hipótesis sólo podría confirmarse en la próxima cumbre europea de diciembre, ya que Alemania está representada en Hampton Court por Gerhard Schroeder, en su despedida a nivel europeo como canciller.

Una de los posibles resultados concretos de la cumbre podría ser la creación de un "Fondo de Ajuste a la Globalización" de 7.000 millones de euros (unos 8.500 millones de dólares), propuesto por la Comisión Europea para ayudar a quienes paguen las consecuencias de las reestructuraciones empresariales.

Por su parte, el Presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía pensado aprovechar la cumbre para presentar las líneas directivas de lo que a su entender debe ser la política europea de inmigración.

Esta política debe centrarse en una mayor implicación colectiva del control físico de las fronteras externas de la UE; la firma de convenios de readmisión con países terceros; una ayuda económica a los países de tránsito, como Marruecos; y un mayor compromiso con los países de origen a través de fondos de desarrollo.

Zapatero impulsa una conferencia Europa-Africa sobre este problema que afecta especialmente a su país en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en el norte de Africa, en los que intentan infiltrarse en forma ilegal miles de inmigrantes subsaharianos.

En cuanto al presupuesto europeo, varios líderes, entre ellos Zapatero, mencionarían la necesidad urgente de lograr un acuerdo, bloqueado en junio pasado por Blair, que se había negado a ceder el "cheque británico", el descuento del que goza Gran Bretaña en sus aportes a la finanzas del bloque.

Son en particular los nuevos Estados miembros que adhirieron en 2004 lo más necesitados de ese acuerdo, ya que requieren fondos comunitarios para impulsar sus economías, aunque Blair ya dijo que recién buscará solucionar el problema en diciembre próximo.