CANCÚN.- La entrada de la noche en Cancún (México), destino turístico devastado por el huracán "Wilma", es la señal para que decenas de bandas de maleantes se apoderen de la ciudad desde hace seis días para aterrorizar y robar, lo que ha obligado a sus habitantes a defenderse.
Los grupos de jóvenes que dieron muestras de vandalismo y que comenzaron a saquear tiendas y casas desde el primer minuto en que la ciudad quedó desprotegida, proceden de las zonas más atrasadas y asentamientos irregulares tan alejados del primer mundo que impera en la zona turística.
Los mismos pobladores hablan de dos "cancunes", el de la zona hotelera, con sus lujos, servicios de alto nivel y espacios abiertos con seguridad; y, por el otro lado, las zonas desbordadas de gente, que arribaron a este balneario mexicano procedentes de todo el país en búsqueda de un empleo.
Al terminar el día y con la llegada de la noche, debido a que no se ha restablecido completamente el servicio eléctrico, la oscuridad se torna en una nueva dimensión, sobre todo en los barrios donde no llega la vigilancia policial ni del Ejército.
El director de seguridad pública municipal, Adrián Samos, admitió que en esta ciudad han identificado a 87 bandas, integradas por hasta 30 jóvenes con edades de entre 12 y 23 años, que se dedican a robar, asaltar, agredir y hasta violar, y que muy poco se ha hecho para resolver el problema.
Por este motivo, los propios habitantes se han armado con palos, piedras, machetes, cuchillos y cercas metálicas. Además vigilan sus calles con grandes fogatas y bloquean los accesos y rutas en estos barrios.
El gobernador del Estado de Quintana Roo, Félix González Canto, dijo que al menos 5.000 policías federales han llegado a Cancún para proteger a la ciudadanía, sin embargo hasta el momento solamente han sido detenidas 360 personas por diversos delitos, no por vandalismo.