MIAMI.- El vórtice de la tormenta tropical "Beta", cuyos vientos alcanzan los 100 kilómetros por hora y amenaza con transformarse en huracán, está frente a la isla colombiana de Providencia, al tiempo que Nicaragua está bajo alerta.
"Beta" se desplaza hacia el norte a siete kilómetros por hora, se espera un giro hacia el noroeste el sábado y el centro de la tormenta se encuentra frente a la isla colombiana de Providencia, según el boletín de las 00.00 GMT del sábado del Centro Nacional de Huracanes de EEUU (CNH), con sede en Miami.
La tormenta se encontraba cerca de la latitud 13,4 grados norte y longitud 81,3 grados oeste, a 110 kilómetros al noreste de la también isla colombiana de San Andrés y a 250 kilómetros al este-sureste de Puerto Cabezas, Nicaragua.
El CNH pronostica que "Beta" se intensificará y podría transformarse en un huracán esta noche o el sábado.
Una tormenta se convierte en ciclón cuando sus vientos máximos sostenidos alcanzan los 118 kilómetros por hora.
El Gobierno de Managua ha emitido un "aviso" de huracán (paso antes de 24 horas) para la costa este de Nicaragua desde Bluefields hacia el norte hasta Cabo Gracias a Dios, cerca de la frontera en Honduras.
Se mantiene un "aviso" para Providencia y la costa caribeña de Nicaragua hacia el sur hasta Bluefields y la frontera con Costa Rica, mientras que está vigente una ’’vigilancia’’ (36 horas) de tormenta tropical para la costa noreste de Honduras desde Limón al este hasta la frontera con Nicaragua.
Los meteorólogos estadounidenses han pronosticado que puede haber inundaciones derivadas de marejadas ciclónicas y lluvias en Providencia, el noreste de Honduras y en Nicaragua.
La activa temporada de huracanes en el Atlántico norte, que comenzó el pasado 1 de junio y termina el próximo 30 de noviembre, ha marcado un récord en cuanto al número de tormentas tropicales con nombre.
Se han registrado 23 tormentas y doce huracanes, de los cuales cinco fueron "mayores", es decir que alcanzaron las categorías tres, cuatro o cinco en la escala de Saffir-Simpson, de un máximo de cinco.
Por primera vez en la historia, se ha necesitado recurrir a las letras del alfabeto griego para nombrar los fenómenos atmosféricos, ya que se completó la habitual lista de 21 nombres de mujeres y hombres en inglés, francés y español con que los meteorólogos bautizan anualmente a las tormentas tropicales y huracanes en el Atlántico norte.
