PARÍS.- El Primer Ministro francés, Dominique de Villepin, anunció hoy que el Gobierno autorizará a los prefectos a aplicar el toque de queda para luchar contra la ola de violencia urbana que azota Francia desde el pasado 27 de octubre.
Esa medida será adoptada mañana, martes, en una reunión del Consejo de Ministros que se adelanta un día debido al contexto "especialmente grave" que vive el país y por decisión del Presidente francés, Jacques Chirac, explicó esta noche Villepin, en una entrevista en el telediario de la cadena privada "TF1".
"En todo sitio que sea necesario, los prefectos (delegados del Gobierno) podrán, bajo la autoridad del ministro del Interior, (Nicolas Sarkozy) declarar un toque de queda si lo estiman útil para permitir una vuelta a la calma y asegurar la protección de los habitantes, que es nuestra primera responsabilidad y nuestro primer deber", dijo Villepin.
Se trata de "una etapa importante, de una decisión importante que tomamos, que marca la gravedad de las cosas, pero al mismo tiempo nuestro espíritu de responsabilidad para asegurar la protección de todos", recalcó.
El Gobierno ha decidido además movilizar a 1.500 reservistas, tanto policías como gendarmes, lo que elevará a 9.500 los efectivos sobre el terreno, añadió Villepin, al insistir que la "prioridad hoy es el restablecimiento del orden público".
En cuanto al recurso al Ejército, reclamado hoy desde algunos sectores derechistas, el Primer Ministro declaró que "no estamos ahí", pero señaló que "en cada etapa tomaremos las medidas necesarias para que el orden sea restablecido muy rápidamente en el conjunto del territorio nacional".
Casi 5.000 vehículos han sido calcinados y decenas de establecimientos públicos y privados incendiados en once noches consecutivas de violencia urbana que se originó en la periferia de París tras la muerte por electrocución de dos adolescentes que huían de la policía, y se ha extendido después al resto de Francia.
Tras calificar de "inaceptable e inexcusable" esa violencia, el Primer Ministro aseguró que los desórdenes están apoyados por "redes criminales organizadas", pero que los disturbios también están protagonizados por "bandas de jóvenes, incluso de muy jóvenes, en ruptura social, familiar y escolar".
"Están en una lógica de destrucción, pero a veces también de juego y de sobrepuja", agregó Villepin, al insistir en que la respuesta del Estado ante este fenómeno debe ser "firme y justa".
También insistió en que los grupos islamistas no constituyen "lo esencial" de las violencias en los barrios periféricos.
Apeló reiteradamente al "espíritu de responsabilidad de todos" para contribuir a que se calmen los ánimos y se restablezca la normalidad, al tiempo que saludó la "sangre fría" de las fuerzas del orden que ha evitado hasta ahora "una auténtica catástrofe", así como el trabajo de los bomberos.
