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El rey Juan Carlos celebra el 30 aniversario de su llegada al trono

Puede que España no sea mayoritariamente un país monárquico. Pero sí es un país mayoritariamente "juancarlista".

20 de Noviembre de 2005 | 05:06 | DPA

Su vida
Nacido en Roma el 5 de enero de 1938, en plena Guerra Civil española, Juan Carlos pasó su infancia en el exilio en Italia y Portugal antes de regresar a su país en 1948. Tras completar sus estudios militares y universitarios, se casó con Sofía de Grecia, hija del rey Pablo I, el 14 de mayo de 1962. Exactamente quince años después, su padre, Juan de Borbón, conde de Barcelona, le cedía todos sus derechos dinásticos.
MADRID.- La democracia es hoy en día algo tan natural en España como en tantos otros países. El que esto sea así se debe en buena medida a Juan Carlos I, proclamado rey el 22 de noviembre de 1975, dos días después de que muriera el general Francisco Franco y con él un régimen autoritario que se mantuvo en el poder durante casi cuatro décadas.

Desde la perspectiva actual, cuando se cumple el 30 aniversario de la llegada al trono del monarca, el principio del fin de la dictadura lo marcó quizás el 22 de julio de 1969. Ese día, algo se movió. Algo cuyos efectos posteriores entonces no eran previsibles y cuya dinámica no estaba prevista ni siquiera por el propio Franco, que quiso "dejar atada y bien atada" su sucesión.

En esa fecha, Juan Carlos de Borbón y Borbón fue propuesto ante las Cortes como futuro sucesor del "Caudillo" a la jefatura del Estado a título de rey. Al día siguiente, fue proclamado Príncipe de España.

Pocos imaginaban entonces que Juan Carlos se convertiría, como lo es en la actualidad, en el personaje más popular de una España democrática. El monarca, hoy de 67 años, siempre aparece en las encuestas mejor valorado que cualquier político del país. Y la Corona es la institución que más confianza inspira a la población.

Cuando el ahora jefe de Estado fue finalmente proclamado rey aquel 22 de noviembre, España era una país políticamente dividido. Juan Carlos estaba considerado en amplios sectores una marioneta de Franco, bajo cuya tutela fue educado desde su regreso a España en 1948. El joven rey tenía apenas 37 años. Y la tarea que afrontaba era más que difícil.

Pero Juan Carlos I no tardó en ganarse la confianza de los españoles al convertirse en una de las figuras clave de la transición democrática del país, una transición que sirvió de ejemplo a muchos países latinoamericanos y entre cuyos artífices se cuenta también a Adolfo Suárez, el primer presidente del gobierno de la democracia.

Ya en su discurso de proclamación, el monarca anunciaba la apertura y democratización de España. De forma sosegada y diplomática comenzó a impulsar reformas, teniendo cuidado en no romper de forma abrupta con el antiguo sistema y, a la vez, buscando el consenso con la oposición, ganándose incluso el respeto del Partido Comunista (PCE) y dejando atónitos a todos aquellos que vaticinaban su fracaso apodándolo "Juan Carlos I, El Breve".

"Quiero ser un paraguas para todos", manifestaba el monarca en otoño de 1976. Y lo ha sido. Así también aquel fatídico 23 de febrero de 1981, cuando su figura fue esencial para acabar con el intento de golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero. Apoyado por unos 200 oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, Tejero, arma en mano, irrumpió en el Parlamento, tomando como rehenes a los diputados y al gobierno en pleno.

"La Corona, símbolo de permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático", manifestaba Juan Carlos de madrugada en un mensaje a la nación, vestido con uniforme militar y en su calidad de jefe de las Fuerzas Armadas.

País "Juancarlista"

Puede que España no sea mayoritariamente un país monárquico. Pero sí es un país mayoritariamente "juancarlista". A los demócratas poco parece importarles vivir en una monarquía. "Juan Carlos podría haber sido un excelente presidente de una república", opina incluso el histórico ex líder comunista Santiago Carrillo.

Una de las anécdotas más significativas sobre aquella época está precisamente relacionada con estas dos figuras: "A base de hacerme el tonto en la etapa final del régimen, la gente llegó a creer que lo era", habría dicho Juan Carlos a Carrillo. Este, contestó: "Hay que ser muy listo para hacerse tanto tiempo el tonto". Y es que, lejos de lo que muchos pensaban, el entonces príncipe ya tenía claro que no iba a continuar con la dictadura, tal y como Franco esperaba.

A la actual popularidad de la Corona -que como tal ni siquiera existe en la monarquía española, así como tampoco existe una corte real- contribuye también que los Borbones, al contrario que otras monarquías como por ejemplo la de los Windsor, no conocen los escándalos.

Tanto el rey como la reina Sofía, el príncipe heredero Felipe y las infantas Cristina y Elena se desenvuelven con completa naturalidad. En vez de vivir en el fabuloso Palacio Real en el centro de la capital, residen en el algo más modesto complejo de la Zarzuela, en las afueras de Madrid.

No es de extrañar por ello que la austeridad también marque la pauta en el 30 aniversario de la proclamación del monarca. No habrá grandes fastos, sino un homenaje en forma de concierto en Santa Cruz de Tenerife, aprovechando que la pareja real visita en esas fechas las Islas Canarias.

En el complejo de La Zarzuela se levanta también desde hace pocos años la residencia en la que viven el príncipe Felipe y la princesa Letizia, flamantes padres de la infanta Leonor, que vino al mundo el pasado 31 de octubre. Ese nacimiento supuso también dar continuidad a la dinastía de los Borbones. No en vano, el futuro rey de España subrayó la "importancia institucional" de ese alumbramiento, pocas horas después de que su esposa diera a luz.

La popularidad de Juan Carlos I no evitó, empero, que también el monarca se convirtiera en blanco de terroristas del grupo armado vasco ETA. En la isla de Mallorca, donde la familia real suele veranear, la policía desbarató en agosto de 1995 un intento de atentado contra el rey.