 Manito de gato |
SAO PAULO.- Como en cualquier concurso de belleza, las internas del centro de detención femenil Carandiru se preparaban cuidadosamente el jueves en medio de un nerviosismo generalizado.
Caroline Goncalves esperaba que un triunfo pudiera lanzarla en una carrera como modelo, o por lo menos ayudarle a reducir su sentencia en la prisión.
"Esto me permitirá salir de aquí más pronto", dijo la interna de 25 años mientras estilistas peinaban su largo cabello rubio y le daban los últimos toques de maquillaje a sus cejas.
El sofocante calor dentro de la cárcel era aún mayor debido a las decenas de secadoras de pelo que trabajaban sin parar, pero no parecía importarle a las 40 concursantes de 10 prisiones de los alrededores de Sao Paulo.
Las mujeres, que cumplen sentencias por delitos que van desde robo a mano armada hasta narcotráfico, buscaban ser nombradas Señorita Penitenciaría 2005, un título acompañado por un premio de 350 reales (160 dólares) y un descanso de la rutina diaria.
"Después vamos a poder hablar con personas de las revistas (de modas)", dijo una Goncalves evidentemente nerviosa, que cumple una sentencia de cinco años y cuatro meses de cárcel por asalto con arma letal
La ganadora del año pasado, Fernanda María de Jesús, fue puesta en libertad meses después de su victoria, pero las autoridades carcelarias insistieron en que la disminución de la sentencia no tuvo nada que ver con el hecho de que haya ganado el título.
El año pasado, a las autoridades de las penitenciarías se les ocurrió hacer un concurso de belleza como forma de impulsar la confianza de las internas en ellas mismas.
"Ayuda a su autoestima, a que se sientan seres humanos. Muestra que son personas capaces, y que independientemente del delito cometido, forman parte de la sociedad", dijo Irani Torres, directora de una prisión en la ciudad de Río Claro.