JERUSALÉN.- El Gobierno israelí ha planificado la construcción de una nueva línea ferroviaria que unirá a Tel Aviv con Jerusalén, y a estas ciudades con la localidad palestina de Ramalá, revela hoy, lunes, el diario "Yediot Aharonot".
La vía del tren pasará en parte de su trazado por tierras palestina y servirá también a sus habitantes, y por ello ya despertaba agrias reacciones en medios políticos. Un legislador del bloque derechista Likud describió el proyecto como "una locura".
Por ley, el Estado de Israel no puede expropiar tierras pertenecientes a residentes palestinos si ello no les proporcionara algún beneficio, explicó al rotativo un funcionario público.
Para construir la nueva línea de ferrocarril entre Jerusalén y Tel Aviv será necesario, por razones topográficas, la expropiación de terrenos de Latrún y Beit Surik. Por tanto, en virtud de la ley, y para evitar demandas judiciales, un ramal del tren llegará a Ramala, sede provisional el Gobierno palestino.
El ministro para Asuntos del Medio Ambiente, Shalom Simjón, confirmó la existencia del proyecto -que está en un estadio avanzado, según el diario israelí- pues fue convocado por el primer ministro, Ariel Sharón, para preparar una evaluación ecológica.