SINGAPUR.- Un australiano condenado a muerte por tráfico de drogas fue ahorcado este viernes en Singapur, lo que ha suscitado indignación entre las organizaciones defensoras de los derechos humanos y centenares de compatriotas en su país.
"La sentencia fue ejecutada esta mañana en la prisión de Changi", afirmó el Ministerio del Interior singapurense en un breve comunicado difundido pasadas las 6:00 horas (22:00 GMT), hora habitual para los ahorcamientos en esta ciudad-Estado.
Nguyen Tuong Van, un australiano de origen vietnamita de 25 años, fue condenado en diciembre de 2002 por haber introducido 400 gramos de heroína en Singapur, cuya legislación estipula la pena capital para toda persona que se encuentre en posesión de más de 15 gramos de esta sustancia.
La madre de Nguyen, su hermano y otros familiares no fueron autorizados a asistir a la ejecución y se congregaron en una capilla cercana con un grupo de amigos.
En Melbourne, ciudad del sureste de Australia en la que residía Nguyen, unas 500 personas inclinaron sus cabezas en silencio mientras repicaban 25 veces las campanas de la iglesia de San Ignacio en memoria del condenado.
"Te encomendamos, querido hermano nuestro, a Dios todopoderoso", declaró el sacerdote de la parroquia, Peter Norden.
Otros cientos de personas asistieron a una vigilia en una céntrica plaza de Sydney.
"Con este acto bárbaro, Singapur ha mostrado su arrogancia", recriminó Jimmy con sus manos juntas en posición de rezo cerca de la catedral de Santa María de Sydney.
El caso desencadenó recientemente una fuerte polémica en Australia, donde la pena de muerte fue abolida en 1985.
El gobierno de Singapur rechazó las repetidas peticiones de clemencia para el narcotraficante, incluida la del Primer Ministro australiano, John Howard, quien sin embargo logró que se autorizase a la madre a mantener un contacto físico con su hijo antes de la ejecución.
Pero madre e hijo solamente pudieron tocarse a través de una reja, una "respuesta fría" que enfureció al jefe de gobierno.
"Me siento muy decepcionado, mucho", declaró Howard a una radio australiana, advirtiendo que las relaciones de su país con Singapur se resentirán por lo ocurrido.
Amnistía Internacional (AI) calificó la ejecución de "sanción brutal y cruel".
Pero el Primer Ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, reiteró esta semana que la pena capital es "necesaria". "El mal infligido por el tráfico de droga a miles de personas exige que vayamos al origen y sancionemos a los traficantes", agregó.
Según Amnistía Internacional, el índice de ejecución capital por habitante en Singapur es el más elevado del mundo, con unos 420 reclusos ahorcados entre 1991 y 2004.
El cadáver de Nguyen será repatriado el domingo por la mañana a Melbourne, afirmó un diplomático australiano.