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Los londinenses se despiden con tristeza de sus legendarios autobuses

Los "Routemaster" -como son conocidos estos buses adorados por los turistas, que se llevan su imagen impresa en camisetas, boinas y tarjetas postales-, serán remplazados el viernes por una nueva flotilla de buses modernos, también rojos y de dos pisos, pero bastante más altos, y grandes.

08 de Diciembre de 2005 | 11:30 | AFP
LONDRES.- Los londinenses se despiden, con tristeza, de los pequeños autobuses rojos de dos pisos, que son un símbolo de Londres y que desde el viernes no volverán a transitar en las calles de esta ciudad, que han recorrido desde 1954.

Los legendarios "Routemaster" -como son conocidos estos buses adorados por los turistas, que se llevan su imagen impresa en camisetas, boinas y tarjetas postales-, serán remplazados el viernes por una nueva flotilla de buses modernos, también rojos y de dos pisos, pero bastante más altos, y grandes.

La gran ventaja de los Routemasters, que explica su inmensa popularidad, y el vacío casi emocional que dejarán, es que los pasajeros podían subir y bajar por una pequeña puerta trasera, cada vez que el bus se detenía o estaba en medio de embotellamientos.

En cambio, las puertas de la nueva flotilla de buses permanecen cerradas durante el trayecto y los pasajeros pueden subir o bajar sólo en las paradas de ómnibus establecidas.

La despedida será la ocasión de dos días de conmemoraciones, que empezarán este jueves, cuando una docena de los Routemasters originales volverán a las calles por última vez, y recogerán pasajeros como de costumbre. El dinero de los pasajes recaudados este día será donado a una organización de caridad.

El viernes, miles de londinenses presenciarán el último recorrido del último Routemaster, de la ruta 159, que saldrá de Marble Arch, centro de Londres, cerca de la bulliciosa calle comercial Oxford Street, a las 12 del mediodía.

Solamente 77 personas viajarán a bordo de ese bus, que pasará por Picadilly Circus y la plaza de Trafalgar, cruzará el puente de Westminster y llegará al garage de Brixton, sur de Londres.

La razón dada por el alcalde de Londres, Ken Livingstone, para retirar los populares buses de las calles de Londres es que personas en sillas de rueda no pueden subir, lo que no es permitido por la reglamentación de la Unión Europea.

Además, según la Oficina de transporte de Londres, responsable de la administración de los transportes públicos londinenses, dos o tres personas morían cada año, bajo las llantas de estos buses.

Después del viernes, los únicos Routemasters que sobrevivirán en las calles londinenses estarán reservados a turistas, haciendo el trayecto entre el Royal Alberto Hall, al oeste y Tower Hill, al este de la capital británica.

Algunos de ellos serán alquilados para ocasiones especiales.

Pero su historia quedará impresa en la memoria de todos los que visitaron esta ciudad.

La producción de estos buses, que tenían una vida estimada en 17 años, finalizó en 1968, tras construirse unos 2.800 ejemplares.

Hace dos años, 500 routemasters circulaban en las calles de Londres.

La única esperanza que queda para los que no pueden consolarse con su desaparición será adquirir uno.

El precio promedio para un viejo Routemaster es de unos 10.000 dólares (8.000 euros), aunque dependiendo del estado del vehículo, indicó la oficina de transporte.
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