BELÉM DO PARA, Brasil.- Los dos asesinos de la monja misionera estadounidense Dorothy Stang, muerta en febrero, fueron condenados hoy en Brasil, luego de dos días de juicio, a 27 y 17 años de prisión, en la primera parte del proceso contra cinco acusados.
De acuerdo con la red Globo de televisión, Rayfrán das Neves Sales, alias "Fogoió", que disparó seis veces contra la religiosa, fue condenado a 27 años de prisión, mientras su cómplice Clodoaldo Carlos Batista fue condenado a 17 años de reclusión.
La misionera estadounidense llegó a Brasil en 1966 y hacia 1982 se trasladó a la región de Anapu, en el estado de Pará, donde los campesinos pobres luchaban por conseguir la propiedad de la tierra que trabajaban.
Su actividad en defensa de los campesinos le atrajo la hostilidad de los hacendados de la región, en su mayoría ocupantes ilegales de sus tierras, que trataban de desalojar a los agricultores pobres de la región para adueñarse de sus pequeñas fincas.
La creación de un programa de explotación rural con preocupación conservacionista le granjeó el apoyo de organizaciones sociales, pero acentuó la agresividad de los latifundistas, que empezaron a amenazarla para que abandonase su trabajo social.
En febrero de este año, un grupo de hacendados contrató a dos pistoleros, a través de un intermediario, para que la asesinasen como escarmiento y ejemplo dirigido a los demás militantes de la causa campesina.
El 12 de febrero, Neves Sales y Batista emboscaron a la religiosa cuando ella se dirigía a una reunión campesina, y el primero le disparó seis balazos fatales, en un crimen que conmovió no sólo a Brasil sino a otros países, en particular Estados Unidos.
Como resultado de las investigaciones, los asesinos fueron identificados y detenidos, y a partir de sus confesiones fueron identificados el intermediario, Amair Feijoli da Cunha, y dos de los hacendados, Vitalmiro Bastos de Moura y Regivaldo Pereira Galvaeo.
Los tres aguardan en la prisión su juicio, en el mismo tribunal de Belém.
Dorothy Stang tenía 74 años cuando fue asesinada, y pertenecía a la orden de las Hermanas de Notre Dame de Namur, de la Iglesia católica.