El aimará-quechua Evo Morales es el favorito en las encuestas independientes. |
LA PAZ.- Tres candidatos indígenas, entre los más conocidos el aimará-quechua Evo Morales y el jerarca aimará Felipe Quispe, ambos provenientes de la izquierda, llegan con suerte y discurso diverso a las elecciones generales previstas para el domingo.
Morales, favorito en todas las encuestas independientes por encima del ex gobernante derechista Jorge Quiroga, es quien dispone de mejores opciones para convertirse en el primer presidente indígena de Bolivia, cuya mayoría poblacional pertenece precisamente a ese segmento. El líder cocalero recibe 35% de las preferencias de voto, y es seguido por Quiroga, con 20%.
Con un discurso nacionalista e incluyente, Evo Morales logró aglutinar a importantes corrientes de clase media y de intelectuales, fórmula exitosa que sin embargo marcó distancia con otros sectores indigenistas, como la encarnada por el radical Felipe Quispe, un ex guerrillero en la década de los 90.
Ante esas serias perspectivas electorales, Morales comprendió su nuevo rol y comenzó a tender puentes hacia el poderoso empresariado, especialmente de Santa Cruz, motor del desarrollo boliviano, garantizándoles sus inversiones en caso de ganar.
Antiimperialista y antineoliberal, el líder cocalero -sabedor de que en Bolivia es difícil gobernar a espaldas de Estados Unidos y la comunidad internacional- comenzó a moderar su discurso con relación a Washington. "El diálogo siempre está abierto, pero necesitamos relaciones diplomáticas, no de sometimiento ni de subordinación", matizó recientemente.
Estas muestras de apertura no han sido suficientes para calmar a algunos sectores bolivianos que temen por la estabilidad del país, en medio de rumores de un eventual veto de Estados Unidos a su probable administración.
El líder cocalero anunció también que buscará que las 20 compañías petroleras que controlan los hidrocarburos bolivianos compartan 50-50 sus ganancias con Bolivia. Además de postular la nacionalización del gas sin confiscación, propugna su industrialización y masificación en beneficio del pueblo.
El líder indígena aimará boliviano, Felipe Quispe. |
Felipe Quispe, el radical
Para ascender a la Presidencia de Bolivia "hay que tener cojones (..), cualquier cojudo (tonto) no puede ser candidato, (Morales) no da para ser presidente de la República", reaccionó en tanto Quispe, enconado rival desde las lides sindicales cuando disputaban el liderazgo de los movimientos sociales. Los aimarás "estamos apostando a que no entra al Palacio de Gobierno", aseguró Quispe, hundido en el fondo de los sondeos.
El 'Mallku' (autoridad suprema, en lengua originaria), como mejor se conoce a Quispe, resignó hace rato gran parte de su poderío centrado en el Altiplano de La Paz.
El jerarca aimará negó también anticipar su apoyo a Morales en caso de que este último gane las elecciones con minoría relativa y obligue a que el Congreso elija, como indica la Constitución, de entre los dos mejor votados en las urnas. "En este momento estamos en guerra. No puedo decir alegremente que yo apoyo a tal persona, es (una cuestión) política, ideológica", afirmó.
Quispe dijo que tras el plebiscito del próximo domingo bajará a sus bases para consultar por quién votará en el Congreso, en caso de ser electo. Además, "si no nacionaliza, con más saña lo vamos a tirar (derrotar) los indígenas", advirtió.
Baja popularidad para tercer candidato
Otro candidato surgido del indigenismo, Eliseo Rodríguez, del Frente Patriótico Agropecuario (FREPAB), un perfecto desconocido en el país, no despega del 0% en la intención de voto.
Rodríguez -que no apoya ni a Morales ni a Quispe- cobró notoriedad cuando tuvo que afrontar un proyecto de inhabilitación del tribunal electoral, que a falta de registros que prueben su nacionalidad boliviana sospechaba, como denunciaron dirigentes de su partido, que había nacido en Perú.
En las elecciones generales bolivianas intervienen un total de ocho candidatos.
