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Alcalde de Nueva York pide fin de la huelga del transporte público

Según el presidente del sindicato, el punto más delicado es un cambio propuesto en las pensiones.

22 de Diciembre de 2005 | 06:14 | AP
NUEVA YORK.- Amenazado con multas enormes e incluso la cárcel, el sindicato de transporte de la ciudad sugirió el miércoles que estaría dispuesto a finalizar la huelga si se cancela un plan para modificar las pensiones a los trabajadores.

La sugerencia sindical se produjo mientras millones de neoyorquinos volvieron a padecer penurias para llegar a sus labores: algunos caminaron kilómetros, otros usaron bicicletas y patines en el frío matinal de casi cinco grados centígrados bajo cero, ante la imposibilidad de usar el tren subterráneo y los autobuses.

El contrato colectivo que cubre a 33.000 trabajadores del sistema de tránsito de Nueva York expiró la semana pasada, y el sindicato convocó a huelga el martes por la mañana a pesar de la existencia de una ley estatal que prohíbe los paros de empleados públicos.

Según el presidente del sindicato, el punto más delicado es un cambio propuesto en las pensiones. El último contrato de la Autoridad Metropolitana de Tránsito propuso mantener los 55 años como edad de retiro, pero incrementar lo que contribuirían los recién contratados al plan de pensiones. Los nuevos empleados pagarían el 6 por ciento de su salario durante sus primeros 10 años de trabajo, en lugar del actual 2 por ciento.

"Si no fuera por la cuestión de las pensiones, no estaríamos en huelga", dijo Roger Toussaint, presidente del Local 100 del Sindicato de Trabajadores del Transporte en una entrevista con el canal de noticias NY1, con sede en Nueva York. "Todo lo que se requiere es retirar su propuesta de pensiones de la mesa de negociación".

A medida que la huelga entraba en su segundo día el miércoles, el juez de la Corte Suprema estatal Theodore Jones ordenó que Toussaint y dos de sus ayudantes acudan a la corte el jueves por la mañana para enfrentar cargos de desacato criminal por haber ordenado la huelga.

Jones ya ha impuesto multas de un millón de dólares diarios al sindicato, y podría imponer multas individuales a los líderes sindicales y a los trabajadores.

El ministro de Justicia de Nueva York le ha pedido a Jones que multe a los funcionarios del sindicato, y Jones dijo que era una "posibilidad concreta" de que pudiera encarcelarlos por desafiar una orden judicial que prohibe la huelga.

El abogado del sindicato, Arthur Schwartz, advirtió que el hacer comparecer a Toussaint en la corte significaría un alto a la mediación supervisada por el estado y dificultaría aún más llegar a un arreglo.

El alcalde Michael Bloomberg también consideró que la cárcel no es una medida apropiada. "Las multas será lo más doloroso. Las multas no lo convierten a uno en mártir y uno no recupera el dinero", dijo.

Los abogados de la ciudad comenzaron un procedimiento legal por separado para presionar a los miembros del sindicato en lo financiero, una medida que podría obligarlos a presentarse ante la corte para enfrentar cargos por desacato civil.

Michael A. Cardozo, abogado municipal de la ciudad de Nueva York, le pidió al juez que emita una segunda orden para que los integrantes del sindicato regresen a sus puestos de trabajo. Si se ignora dicha orden, Cardozo dijo que la ciudad pediría mayores multas a cada trabajador.

Las multas, que quedarían a discreción del juez, podrían ir desde unos cientos hasta miles de dólares y saldrían de los bolsillos de los trabajadores, en lugar de salir de las arcas del sindicato.

"Hacemos todo lo posible para lograr que el sindicato obedezca la ley", indicó, y agregó que los agremiados "deben comprender las consecuencias de sus acciones".

Los funcionarios del transporte dijeron que unos 1.000 empleados acudieron el martes a trabajar pese a los piquetes de huelga.

Por otra parte, el juez multó el miércoles a dos sindicatos de empleados públicos, que representan a unos 3.000 trabajadores, por unirse a la huelga. Jones multo a uno 50.000 dólares diarios y al otro 75.000 dólares diarios.

La Casa Blanca dijo el miércoles que espera que ambas partes "puedan solucionar sus diferencias para que los residentes de Nueva York puedan acudir a donde deban", afirmó el vocero presidencial Scott McClellan.

Una masa de transeúntes, entre ellos el alcalde Bloomberg, volvieron a caminar el miércoles a sus trabajos. Voluntarios les ofrecieron vasos de chocolate caliente.

Algunas personas tuvieron que caminar kilómetros. Otras, protegidas por espesos abrigos, guantes y gorros, compartieron taxis, montaron bicicletas, navegaron en ferrys o patinaron a sus sitios de empleo.

"Es una pesadilla, una desorganización, y lo será más a la hora de regresar a casa", afirmó el miércoles por la mañana Aleksandra Radakovic al describir su aventura viajera.

Bloomberg pidió al sindicato que concluya la huelga.

"Lo único que tienen que hacer los empleados del transporte público es escuchar a su gremio internacional, que les ha pedido que vuelvan al trabajo, escuchar al juez que les ordenó la vuelta al trabajo y examinar la situación de sus familias y sus finanzas", agregó el alcalde. "Deben volver al trabajo. Nadie está por encima de la ley, y todo el mundo debería obedecerla".
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