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Emotivos homenajes recuerdan primer aniversario de tsunami en sudeste asiático

A las 6.29 hora local, momento en el que se cumplía exactamente un año de la llegada de la primera ola a los archipiélagos, el silencio cubrió las islas de Andaman y Nicobar, cuyas gentes recordaron calladamente a sus familiares y amigos fallecidos.

26 de Diciembre de 2005 | 06:57 | EFE
Terremoto y tsunami golpea el sudeste asiático | Dramático rescate en el sudeste asiático | A un año del Tsunami

NUEVA DELHI.- Decenas de homenajes, barcos que salieron a la mar con lazos negros y miles de velas encendidas recordaron hoy en la India a las más de 12.000 víctimas del maremoto que hace un año asoló la costa oriental del país.

Las ceremonias fueron multitudinarias sobre todo en las regiones más afectadas por la catástrofe: los archipiélagos de Andaman y Nicobar, en el Golfo de Bengala, parte de cuyas islas quedaron arrasadas por las olas gigantes, y el estado de Tamil Nadu, en la costa oriental india, donde perdieron la vida 8.000 personas, el 65 por ciento del total de muertos del país.

A las 6.29 hora local (0.59 GMT), momento en el que se cumplía exactamente un año de la llegada de la primera ola a los archipiélagos, el silencio cubrió las islas paradisíacas de Andaman y Nicobar, cuyas gentes recordaron calladamente a sus familiares y amigos fallecidos.

En la capital de Andaman, Port Blair, se celebró una misa ecuménica a la que acudió el ministro regional de Interior, S.Raghupati, una muestra de apoyo a las familias de los más de 3.500 fallecidos de los archipiélagos, que en muchos casos no han podido siquiera recuperar los cadáveres de sus seres queridos, que fueron tragados por la furia del mar.

Decenas de estudiantes caminaron en silencio por las calles desiertas de la ciudad, donde las tiendas permanecieron cerradas toda la mañana para recordar que el dolor sigue presente entre los isleños que aún tratan de reponerse y rehacer sus vidas.

Homenajes en otras islas

En la vecina isla de Car Nicobar, donde la base de la Fuerza Aérea india fue golpeada con dureza por los tsunamis, los miembros de las Fuerzas Armadas guardaron también silencio y celebraron sobrios actos conmemorativos.

Fuera de la base, la tribu de los nicobareses, que perdieron a decenas de sus miembros en la fatídica mañana del 26 de diciembre de 2004, encendieron velas y caminaron de un poblado a otro para presentar sus respetos a los familiares de las víctimas.

Los actos también fueron muy emotivos en la localidad pesquera de Nagapattinam, en Tamil Nadu, donde fallecieron miles de personas en sólo unos minutos y cientos de niños quedaron huérfanos.

Un año después, estos mismos niños depositaron flores en una escultura en memoria de las víctimas durante una ceremonia en la que se inauguró un parque con 6.065 plantas que representan a cada uno de los fallecidos.

En el santuario de Velankanni, en Nagapattinam, en el que 1.000 creyentes perdieron la vida al ser golpeados con fuerza por las olas gigantes, las celebraciones de Navidad han tenido este año muy pocos seguidores y el miedo a la furia del mar continúa vivo.

Los habitantes de la costa india también han llenado de flores las fosas comunes en las que tuvieron que ser enterrados sus familiares y amigos en los días que siguieron al desastre, ya que entonces no se disponía de suficiente madera para quemar todos los cadáveres, como es tradición en el hinduismo.

En la capital del estado, Chennai, los pescadores acudieron a primera hora de la mañana a larga playa, iluminada por las velas ellos mismos y otros transeúntes solidarios posaron en la arena, y allí guardaron silencio mientras muchos derramaban calladas lágrimas.

En el estado sureño de Kerala, también golpeado por las olas aunque en menor medida, los residentes han levantado una escultura de arena y pegamento de cerca de tres metros y medio que muestra a una mujer desconsolada rezando a la Madre Mar para pedirla que muestre misericordia hacia los niños en la Tierra, alrededor de la cual se celebrará esta noche una vigilia con velas.

Cerca de 400.000 afectados por la catástrofe en la India continúan aún viviendo en refugios temporales, a la espera de que las autoridades y las ONG puedan proporcionarles un lugar seguro donde vivir y desde el que lograr reconstruir sus vidas.