El nombramiento del general Wilfredo Vargas despertó molestias entre algunos militares bolivianos. |
LA PAZ.- La nueva cara del mando militar boliviano designado por Evo Morales, y que busca cambiar la mentalidad de las Fuerzas Armadas de ese país para ponerlas al servicio del pueblo, provocó malestar en algunos generales relegados en los ascensos, los que son sospechosos de una irregular entrega de 28 misiles aire-tierra a Estados Unidos para su desmantelamiento.
El flamante Mandatario indígena, quien dijo respetar la institucionalidad en los ascensos, planteó "reivindicar" la imagen de la entidad militar porque "no queremos que las Fuerzas Armadas sean un botín político", como hasta ahora.
Los generales afectados en sus ascensos fueron "observados por el gobierno saliente, no están castigados, (pero) tienen que someterse a la investigación", arguyó el Mandatario ante el clima de protesta que empañó la ceremonia de posesión de las nuevas autoridades castrenses.
El nombramiento del general Wilfredo Vargas como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, fue cuestionado y catalogado como "incorrecto e injusto" por el general Marco Antonio Vásquez, a quien correspondía por sucesión directa el mando si no hubiese sido "observado" por el anterior gobierno del presidente interino Eduardo Rodríguez.
Otro militar dijo que el caso de los misiles chinos, que relegó a 28 generales que fueron enviados prematuramente a la reserva activa, "perjudicó a tres 'tandas' (promociones)", mientras familiares de los militares concernidos eran retirados por la fuerza del vestíbulo del palacio Quemado, donde se desarrollaba la ceremonia de posesión del nuevo mando.
Morales -que no se inmutó por los incidentes- dijo en su discurso que se propone acometer la grave "responsabilidad de ir al cambio que el pueblo boliviano está pidiendo, y "reivindicar" a la institución castrense.
