LA PAZ.- El Presidente boliviano Evo Morales aceptó seguir dirigiendo a los cocaleros del Chapare, la principal zona de siembra de coca en Bolivia, a pesar de las críticas de sectores políticos y sindicales.
"Así es nuestro movimiento político, el Presidente de Bolivia también puede ser un dirigente sindical, eso nos diferencia de los partidos tradicionales", dijo el Mandatario el martes al clausurar el congreso de unos mil cocaleros en la región donde lo proclamaron como máximo líder del sector.
Morales ha sido presidente de las seis federaciones de cocaleros del Chapare desde 1996, y la organización agrupa a poco más de 30.000 cultivadores en esa región.
"Es una forma de no separarse del pueblo porque el pueblo así lo desea y quiero agradecerles por esta reelección", agregó el Mandatario en la ciudad de Cochabamba, al centro de Bolivia donde los agricultores deliberaron durante cuatro días.
Críticas sindicales y políticas
Pero la decisión de Morales, que además es jefe de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), motivó críticas, inclusive entre dirigentes sindicales.
"No es coherente y puede acabar provocando divisiones en el movimiento sindical", dijo el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares.
"El Presidente debe decidir si se dedicará a manejar la nave del Estado o al sindicalismo cocalero", señaló el concejal Roberto de La Cruz, mientras el dirigente fabril Alfredo Aguilar calificó como un "error" el que Morales haya decidido mantener el cargo de líder sindical.
La decisión del Mandatario también generó críticas entre los opositores políticos. Si el Presidente acepta, "se convertirá en juez y parte", había dicho la diputada Ninoska Lazarte, del colectivo opositor Podemos, poco antes de la aceptación de Morales.
"Es un error del Presidente que puede dañar la imagen del país porque ahora ya no es líder sindical sino el Presidente de todos los bolivianos", declaró el senador Tito Hoz de Vila, de la misma organización política.
Morales y la coca
Morales llegó al Chapare en los años 80, se hizo cultivador de coca en pleno auge del narcotráfico y se convirtió en dirigente sindical. En 1996 asumió la presidencia de las seis federaciones y desde allí saltó a la vida política hace una década.
Bajo la presidencia de Morales los campesinos también esperan aumentar sus cultivos, luego que finalice un estudio encargado por el Gobierno para determinar si creció el consumo lícito de la coca que en este país se destina a usos medicinales, alimenticios y rituales.
El año pasado los labriegos lograron que el Gobierno les autorizara a mantener 1.600 metros de coca por familia a pesar de que la ley lo prohíbe. Ahora tienen la esperanza de duplicar esa cantidad, aunque el Morales indicó el sábado que defenderá la superficie asignada a cada familia.
La legislación permite mantener 12.000 hectáreas de la planta en Yungas, una zona cocalera tradicional ubicada al norte de La Paz, pero según un reciente estudio oficial hay otras 15.700 hectáreas de coca excedente que debiera ser erradicada.
El diputado cocalero David Herrada dijo que la ratificación de Morales es "garantía para llevar adelante la despenalización de la coca". Para este efecto, el Mandatario dijo anteriormente que emprenderá una campaña internacional para lograr que esa hoja, materia prima de la cocaína, sea eliminada de la lista de sustancias prohibidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
