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Presidente de Guatemala: "Se acabó el reinado de la impunidad"

Óscar Berger dijo a "El Mercurio" que su gobierno debe afrontar día a día el accionar de las "maras" (pandillas) y de los narcotraficantes, lo que no es tarea fácil.

16 de Marzo de 2006 | 05:17 | Matilde Baeza Bain, El Mercurio

Óscar Berger.
SANTIAGO.- Óscar Berger (49) —de profundos ojos azules, pelo canoso, escaso bigote y semblante de estadista— resultó electo Presidente de Guatemala en la segunda vuelta electoral del domingo 28 de diciembre de 2003.

No era tarea fácil posicionarse por cuatro años en la dirección de este país centroamericano. Había un gran desafío pendiente: lograr avanzar en la transición para otorgar a los casi 12 millones y medio de habitantes tranquilidad y estabilidad después de más de tres décadas de guerra civil y del constante actuar delictivo de las violentas pandillas juveniles o "maras" (pandillas).

Berger que estuvo en el reciente cambio de mando en Chile sostuvo que "nos encontramos con un escenario bien complicado: las instituciones democráticas debilitadas, en especial el Poder Judicial; la policía infiltrada por miembros de las maras, sin recursos, todas las patrullas tiradas, el contingente desmotivado, con arsenal totalmente obsoleto", recuerda.

Unas de las prioridades de su gobierno ha sido la desmilitarización de la sociedad. Pese a que la guerra civil terminó en 1996, el gasto de Defensa al asumir el gobierno en 2004 seguía siendo un enorme peso para el Fisco. Para lograrlo, implementó el Programa de Modernización del Ejército, que llevó a la reducción presupuestaria y una reestructuración de esta rama de las FF.AA. a fin de mejorar su imagen denostada por denuncias de violaciones de los derechos humanos y un conocido récord de impunidad.

Además, logró que el Presidente de los EE.UU., George W. Bush, le diese una mano en la renovación de los equipos de transporte y de comunicación necesarios para poder detectar las incursiones del narcotráfico en su país.

"En el marco del plan bilateral 'Maya Jaguar', las tropas estadounidenses apoyarán los allanamientos que el Ministerio de Gobernación realizará en Tajumulco (en el departamento de San Marcos) para desarmar a los pobladores y erradicar la siembra de amapola", agregó Berger.

Pero la alianza estratégica con EE.UU. ha provocado fuertes críticas del Frente Nacional de Lucha —que agrupa a organizaciones populares, campesinas y comunitarias—. En un comunicado, fechado el 10 de marzo, vetó la incursión de fuerzas militares "yanquis", recordando que en 1954 EE.UU. "dirigió militar y políticamente la contrarrevolución armada que hizo abortar el sueño de construir una Guatemala más justa y digna de llamarse humana".

"No cederemos ante amenazas de ningún grupo. Se acabó la impunidad. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance, en el marco de la ley, para combatir el narcotráfico y el accionar de las pandillas, los mayores flagelos de nuestra sociedad", comentó Berger a "El Mercurio", demostrando así su línea dura contra los grupos desestabilizadores, que muchos analistas analogan con la que tiene el Presidente colombiano, Álvaro Uribe, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Pero además de la reestructuración de los cuerpos de seguridad y de la inminente aprobación de la "Ley contra el crimen organizado" y de la "Ley del control de armas", el gobierno ha implementado una serie de programas preventivos.

Entre ellos, el Primer Mandatario destaca "Mi Primer Empleo", un proyecto que busca dar otras opciones a los jóvenes en riesgo social que no sea su inclusión a las "maras". "Se les capacita, se les dan las herramientas necesarias para insertarse en la sociedad y alejarse de las drogas y de la delincuencia", cuenta un orgulloso Berger.

Femicidios

Sólo en 2005, 665 mujeres fueron asesinadas en Guatemala. La discriminación y la marginación histórica —sólo el 29% de ellas está inserta en el mercado laboral— han sido sindicadas como las principales causas del femicidio.

Además, muchas mujeres han muerto en manos de los maras, quienes aprovechándose de su estatus, violan y asesinan a diestra y siniestra con un alto nivel de impunidad.

Pero los llamados que han hecho tanto Amnistía Internacional como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al gobierno para que se investiguen estos crímenes, se establezcan mecanismos de búsqueda de desaparecidas, se lleven los responsables ante la justicia y se apliquen programas preventivos, han repercutido en Óscar Berger.

En el Día Internacional de la Mujer, presentó la Comisión para el Abordaje del Femicidio, "en la que participan muchas de las instituciones públicas y de la sociedad civil, y tendrá recursos para investigar y establecer albergues para aquellas mujeres que están en peligro de ser agredidas físicamente por sus maridos o convivientes", explicó el Primer Mandatario.

En el mismo acto donde Berger presentó esta comisión, muchas mujeres repartieron preservativos entre los asistentes como protesta en contra de la postura del gobierno de no aceptar la ley de planificación familiar aprobada por el Congreso el año pasado.

"No es que estemos en contra de la planificación familiar. Rechazamos esa ley porque pretende fomentar 'todos los métodos modernos', incluyendo algunos que podrían ocasionar el aborto, como la píldora del día después", aclaró Berger.

Para solucionar éste y otros temas pendientes a Berger le queda poco más de un año. "Hemos avanzado, pero aún queda mucho por hacer.. los problemas están ahí, no se resuelven de forma instantánea, pero hemos avanzado en ello", sentencia.

"Maras" de EE.UU. al mundo

La Mara 18 y la Mara 13, o Salvatrucha, son pandillas que nacen como respuesta defensiva de los inmigrantes que llegaron a California, EE.UU., a principios de los ’80 —huyendo de las condiciones creadas por las cruentas guerras civiles en países de Centroamérica—, ante la sociedad anglosajona, blanca y protestante.

A comienzos de los ‘90 se produce una deportación casi masiva a la región de los jóvenes que se encontraban en una situación ilegal, cuando sus países aún no se recuperaban de las heridas de las guerras e iniciaban su lento y complicado proceso de reconstrucción y democratización. Ambas organizaciones, hoy ramificadas a más de 30 estados, están involucradas en asesinatos, sicariato, violaciones, secuestros, contrabando de droga y de personas, convirtiéndose en un dolor de cabeza para las autoridades que buscan evitar el caos en las calles y el cobro de "impuestos" a comerciantes honestos bajo amenazas de muerte o de destrucción de sus negocios.

A través de programas de reinserción social multidisciplinarios, buscan motivar a sus miembros —reconocibles por sus numerosos tatuajes— para que abandonen su "violento negocio".

Berger, abogado de derecha, fue ocho años alcalde de la ciudad de Guatemala (1991-1999), ocupando a su vez cargos internacionales como la presidencia de la Federación de Municipios del Istmo Centroamericano y la presidencia de la Federación de Municipios de Centroamérica y Panamá.