BAGDAD.- Varios responsables estadounidenses en Irak han afirmado hoy que "queda mucho trabajo por hacer" en el país, tres años después de la caída del régimen de Saddam Hussein, el 9 de abril de 2003.
En una declaración conjunta, el embajador Zalmay Jalilzad y el general George Casey, jefe de la Fuerza Multinacional en este país, han estimado que "a pesar de los enormes progresos, queda mucho trabajo por hacer", en este país golpeado por la violencia.
"El aniversario del día en que Irak consiguió su libertad es una ocasión para reflexionar sobre lo que ha ocurrido y sobre lo que se debe hacer", añadieron.
Los dos responsables exhortaron a los políticos iraquíes a formar "un gobierno competente al servicio de Irak y de los iraquíes" e insistieron en la necesidad de que las fuerzas de seguridad "pongan fin a la violencia confesional" y de que la población "confíe en sus líderes y en sus instituciones".
"Tenemos que seguir ayudando a los iraquíes a instaurar una democracia fuerte y estable", dijeron.
"Pese al resurgimiento de las tensiones confesionales después de la voladura con dinamita del mausoleo chiita en Samara (al norte de Bagdad) en febrero, los líderes iraquíes y las fuerzas de seguridad se unieron entre sí. El gobierno hizo un llamamiento a la calma y las fuerzas del orden impusieron un dispositivo de seguridad en las zonas importantes", concluyeron.