NUEVA YORK.- "Fat Man" alcanzó su meta. Con 45 kilos menos y liberado de sus profundas depresiones, el estadounidense Steve Vaught llegó a Nueva York. Trece meses después de su salida de California, este hombre de 40 años atravesó el Washington Bridge entre Nueva Jersey y Manhattan.
Durante su marcha a pie de la costa del Pacífico a la del Atlántico, recorrió 4.800 kilómetros, gastó 15 pares de zapatos y dejó agujeros en el doble de pares de calcetines.
Con 190 kilos, Vaught inició su aventura el 10 de abril de 2005. "El motivo principal para mi excursión es que debo perder peso", escribió en su página web FatManWalking.com. "Sobre todo tengo que dejar atrás las costumbres que me llevaron a esta situación. Tengo claro que debo aprender a vivir de forma más responsable si quiero adelgazar a largo plazo", agregó.
En su "viaje" hacia lo que llama su "nuevo yo" participaron miles de simpatizantes de todo el mundo. Vaught respondía diariamente correos electrónicos y mantenía informados a sus lectores con relatos sobre los lugares y personas que se encontraba así como de los progresos físicos y emocionales que experimentaba. "Espero que mi camino y mi acción también hayan alentado a otros a recuperar su vida", escribió en su web.
"Nos hacen creer que pastillas, pomadas o gotas solucionarán nuestros problemas. Y en realidad perdemos de vista que somos el engranaje más increíble que haya sido diseñado jamás, capaz de los actos más heróicos, llenos de genialidad y de fuerza propia".
Felizmente casado y padre de "dos hijos extraordinarios", Vaught fue torturado por la culpa durante 15 años. Sus depresiones comenzaron cuando atropelló a dos personas mayores con su coche. Durante mucho tiempo, intentó tranquilizar su consciencia con medicamentos y comida, pero cada vez se desesperaba más. Con libros del Dalai Lama, una tienda de campaña y una cámara en el equipaje, finalmente inició el viaje.
"No se trataba (...) de contar calorías y millas", dijo "Fat Man" al llegar a su meta. Quería encontrarse a sí mismo. Como recompensa, recibió una oferta de una editorial estadounidense para convertir su aventura en libro. Además, varios patrocinadores intentan convencerlo de que realice otra marcha por Gran Bretaña o incluso por todo el mundo.
Vaught anhela su casa, su familia, un entrenamiento constante y un plan de alimentación. "Pero por el otro lado, hay tanto para ver... Creo que me atrapó la fiebre por viajar", reconoce en su último relato en la web, escrito poco antes de llegar a Nueva York.
