CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI advirtió hoy de que la estabilidad de la familia basada en el matrimonio está "en peligro" y criticó el reconocimiento de las uniones de hecho y homosexuales, al tiempo que lamentó el "invierno demográfico" que atraviesan diversas zonas del mundo.
El Pontífice pronunció este mensaje al recibir al plenario del Consejo Pontificio para la Familia, ante el que destacó el aumento "de las separaciones y divorcio, que rompen la unidad familiar y crean no pocos problemas a los hijos, víctimas inocentes".
"La estabilidad de la familia está hoy particularmente en peligro. Para salvaguardarla es necesario a menudo ir a contracorriente respecto a la cultura dominante", dijo Ratzinger.
Así, pidió a "políticos y legisladores" que defiendan "los derechos de la familia", antes de criticar las leyes que reconocen a las parejas de hecho y los matrimonios homosexuales.
"Se van consolidando soluciones jurídicas para las llamadas ’uniones de hecho’ que, pese a rechazar las obligaciones del matrimonio, pretenden gozar de derechos equivalentes", indicó.
En este sentido, lamentó que "a veces incluso se quiere llegar a una nueva definición del matrimonio para legalizar uniones homosexuales, atribuyéndoles también el derecho a la adopción de niños".
"Invierno demográfico"
El Pontífice hizo estas declaraciones dos días después de que, en otro mensaje, criticara también las parejas de hecho e instara a evitar "la confusión" con "otras uniones de amor débil", lo que suscitó las protestas de algunos partidos de la izquierda y del colectivo homosexual italiano.
Benedicto XVI subrayó hoy, por otra parte, que varias zonas del mundo afrontan actualmente un "invierno demográfico", con la caída de la natalidad y el progresivo envejecimiento de la población.
"Parece que a veces las familias tienen miedo por la vida, por la paternidad y la maternidad. Es necesario devolverles la confianza, para que pueden seguir cumpliendo su noble misión de procrear en el amor", señaló.
El Pontífice también se refirió a la cuestión de los límites de la investigación científica e insistió en el "respeto debido al embrión humano, que debería nacer siempre de un acto de amor y ser tratado como persona".
En este sentido, afirmó que los progresos de la ciencia y la técnica "se convierten en amenazas cuando el hombre pierde el sentido de sus límites y, en la práctica, pretende sustituir a Dios creador".
