WADOWICE.- Un amigo judío de toda la vida del difunto Juan Pablo II, dijo el sábado que la visita del Papa Benedicto XVI al campo de concentración nazi de Auschwitz ayudará a la reconciliación entre judíos y cristianos.
En el punto definitivo de su gira de cuatro días por Polonia, el Papa nacido en Alemania visitará el complejo de Auschwitz-Birkenau, donde los alemanes provocaron la muerte de un millón y medio de personas, un 90 por ciento de ellas judías, durante la Segunda Guerra Mundial.
"Este es un paso muy responsable para Benedicto", dijo Jerzy Kluger, de 86 años de edad, durante la visita de Benedicto a Wadowic, pueblo donde él y Juan Pablo crecieron juntos.
"La meta espiritual de Benedicto en Auschwitz, donde personas de distintas creencias fueron muertas, es mostrar que somos todos iguales", expresó a Reuters.
Cuando era niño, Kluger jugó fútbol con el difunto Juan Pablo II y fue el último contacto no oficial del Papa para asuntos judíos. Apoyado por grupos judíos de Estados Unidos, Kluger planea construir una estatua de 15 metros del Papa Juan Pablo II en Cracovia, como un homenaje por su trabajo para reconciliar a ambas religiones.
Kluger dice que ve la visita de Benedicto XVI a Auschwitz, que incluirá una oración en alemán, como un gesto de quien encabeza a 1.000 millones de católicos en el mundo, y no como un acto de un alemán que vivió durante las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial.
"Es una coincidencia, una extraordinaria coincidencia, que el Papa alemán vaya a rezar en este lugar. Pero, por supuesto, él es el jefe de la Iglesia y veo su gesto, como de los cristianos hacia los judíos, y para todos los que aquí murieron", dijo.
La visita al campo de concentración tendrá un significado personal para Benedicto XVI, quien se alistó en la juventud hitleriana, cuando era obligación ser miembro de la organización paramilitar nazi, y sirvió en tiempos de guerra en una unidad antiaérea.