VALENCIA.- El Papa Benedicto XVI llamó el sábado a España a defender los valores de la familia tradicional, en su primera visita oficial al país donde la Iglesia Católica y el Gobierno se han enfrentado por la legalización del matrimonio entre homosexuales.
Afirmó que existen ciertas cosas a las que la Iglesia simplemente debe decir "no" y que la familia basada en el matrimonio heterosexual era "una institución única en el plan de Dios".
El Pontífice, de 79 años, recibió una masiva bienvenida en la ciudad costera de Valencia, donde pasará poco más de 24 horas en el Encuentro Internacional de las Familias.
Pero el primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo gobierno legalizó el matrimonio homosexual el año pasado, fue silbado mientras llegaba a la residencia del arzobispo para una audiencia con el Papa, que duró sólo 15 minutos. La multitud chifló a Zapatero mientras estaba adentro y cuando se fue.
"Hay ciertas cosas a las que la Iglesia simplemente debe decir 'no'", dijo el Papa a los periodistas en el avión que lo llevó de Roma a España.
"Queremos que la gente entienda que, según la naturaleza humana, son el hombre y la mujer los que están hechos el uno para el otro y hechos para dar un futuro a la humanidad", agregó.
Además de la ley de matrimonio homosexual, que da a los gays los mismos derechos sobre adopción y herencia que los matrimonios heterosexuales, la Iglesia ha criticado las nuevas leyes españolas que facilitan el divorcio y los tratamientos de fertilidad y reducen la educación religiosa.
Encuentro con familias
En un mensaje, el Papa rindió tributo a la historia de España, gobernada hace más de 500 años por los Reyes Católicos, e instó a los arzobispos a mantenerse firmes en "tiempos de una rápida secularización".
"Actuar como si (Dios) no existiera, o relegar la fe a una esfera puramente privada, perjudica la verdad sobre el hombre y compromete el futuro de la cultura y la sociedad", dijo.
Miles de peregrinos procedentes de 44 países inundan la ciudad española desde hace varios días, ondeando banderas vaticanas y de sus lugares de procedencia para recibir al Papa. La organización estima que acudirán la misa del domingo un millón de personas.
Pero no todos estaban felices con la llegada de Benedicto XVI. Cerca de 150 personas desnudas y semidesnudas en bicicleta circularon por el centro histórico de la ciudad con pancartas que decían "Usted no es bienvenido aquí".
En su recorrido, el Pontífice paró en el lugar donde el lunes un tren subterráneo se descarriló y provocó la muerte de 42 personas.
Llevando su cabeza al pavimento frente a la estación de Jesús, Benedicto XVI hizo la señal de la cruz, colocó una corona de flores y pidió a la Virgen consuelo para los afligidos.
Durante la tarde y noche del sábado, cuando comenzó el Encuentro con las Familias, una marea de peregrinos acudió a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, para presenciar el discurso de Benedicto XVI.
En las inmediaciones se desplegaron 50 puestos médicos básicos y 12 intermedios, así como numerosos efectivos de policía.
Ambiente de fiesta
Durante la noche, el Papa celebró, en el mismo escenario donde el domingo ofrecerá una misa multitudinaria en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el mensaje de clausura del Quinto Encuentro con las Familias realizado en esta ciudad.
"La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda la vida", sostuvo Benedicto XVI.
El festivo acto incluyó los testimonios de familias de todo el mundo, actuaciones musicales y una interpretación de la cantante lírica Monserrat Caballé.
Uno de los fieles, Eduardo Pérez, viajó desde Uruguay para acudir al encuentro y afirmó que uno de los motivos que le inspiraron fue "el peligro que corre España" al adoptar medidas como la legalización del matrimonio entre homosexuales.
"El matrimonio entre homosexuales va en contra del derecho natural, de que un hombre y una mujer se unan. Ahora resulta que un país como este, la 'Madre Patria', hace algo así. Hay temas como el derecho natural que no se aprueban en el Parlamento",asegura Pérez, un notario de 59 años.
En el interior del recinto, Santiago García escuchaba el mensaje del Papa acompañado de su mujer y sus siete hijos, la menor de sólo 15 días de vida.
"Decidimos que lo mejor que podemos enseñar a nuestros hijos es esto: escuchar al Papa y reafirmarnos en su mensaje", aseguró rodeado de colchonetas y sacos de dormir, ya que pasarán aquí la noche para poder estar presentes en la misa que comienza por la mañana.
