LOS ÁNGELES.- Unas 30 casas destruidas y 10.000 hectáreas quemadas es el resultado de un poderoso incendio al este de Los Ángeles que los bomberos han logrado controlar hasta la mañana del miércoles en un 16%, según un nuevo balance de la institución en California.
El informe anterior de la noche del martes daba cuenta de unas 2.400 hectáreas quemadas y seis edificaciones destruidas en esta región desértica a 200 kilómetros al este de Los Ángeles, de donde han tenido que evacuar unas 1.000 personas.
"Tenemos unas 1.500 casas amenazadas hasta ahora. Hemos tenido que evacuar 300 viviendas con aproximadamente entre 800 a 1.000 personas evacuadas", indicó el capitán del departamento de bomberos de California, Marc DeRosier.
El incendio empezó el domingo y es el primero de gran magnitud en este verano en California, que ha dejado dos civiles y dos bomberos heridos.
Según el capitán DeRosier, todavía no pueden prever cuándo lograrán apagar del todo el fuego, dado que este miércoles esperan "otro día caliente con vientos fuertes y baja humedad. Tenemos la esperanza de que podremos hacernos cargo de esto, pero hoy va a ser otro día fuerte", vaticinó.
El martes en la tarde "el viento era tan fuerte que los medios aéreos (para apagar las llamas) eran ineficaces", precisó otro portavoz de la institución, Jesse Estrada.
Los procedimientos para terminar con el fuego
Los servicios de emergencia desplegaron en el lugar 19 propulsores de agua, 11 helicópteros y 27 camiones para intentar apaciguar el siniestro pero no tuvieron progresos suficientes, indicó el departamento de bomberos en un comunicado.
El incendio se ha ido extendiendo desde el domingo en una zona de montaña y desierta a 200 km. al este de Los Ángeles, cerca del conocido parque nacional Joshua Tree.
El poblado de Pioneertown, construido en los años 1940 para que sirviera de puesta de escenas de películas de Hollywood, tuvo que ser evacuado al igual que tres comunidades más.
Toda la región está bajo una nube negra por el fuego que es visible a decenas de kilómetros a la redonda.
El oeste de Estados Unidos es cada año escenario de fuertes incendios durante el verano boreal debido a las altas temperaturas en una zona sobre todo desértica, de clima seco y ventoso.
California es uno de los estados más afectados por este tipo de siniestro que en 2003 mató a 22 personas, destruyó 3.000 viviendas y quemó unos 3.000 kilómetros cuadrados.
