WASHINGTON.- Robert Anderson fue ejecutado esta noche mediante una inyección letal en la cárcel de Huntsville, condenado por el secuestro y asesinato, en 1993, en Amarillo, estado de Texas, de una niña de 5 años.
Antes de ser ejecutado, Anderson se excusó con la abuela de la víctima, que se hallaba presente, y también con sus familiares.
Luego, cuando la inyección letal estaba haciendo efecto, murmuró una plegaria.
Anderson, quien en la época del delito ya estaba acusado de violaciones sexuales, cuando era adolescente, en Tulsa, Oklahoma, se declaró responsable del homicidio de Audra Reeve y pidió a sus abogados no buscar impedir o postergar la ejecución.
La ejecución de esta noche fue la 29na. condena a muerte cumplida este año en Estados Unidos, y la 16ta. en Texas, el estado del país que tiene el mayor número: 371 desde 1982, esto es desde la reanudación de esta medida tras una moratoria impuesta por la Corte Suprema.
Desde ahora y hasta fin de año, están programadas al menos nueve ejecuciones en Texas.