WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció hoy el envío de más de 230 millones de dólares al Líbano para contribuir a la reconstrucción y normalización de ese país.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, el Presidente Bush calificó de "crucial" el pronto despliegue en la zona de una fuerza internacional de las Naciones Unidas para controlar el alto el fuego entre Israel y la milicia libanesa Hezbollá que está en vigor desde el pasado día 14.
El Presidente destacó la importancia del rápido despliegue de la fuerza internacional porque dijo que "es una necesidad urgente" para asegurar el mantenimiento de la tregua entre Israel e Hezbollá.
"La comunidad internacional debe designar el liderazgo de esta nueva fuerza internacional y dotarla de reglas claras de compromiso y despliegue tan pronto como sea posible, para asegurar la paz", dijo el gobernante.
Frágil tregua
Bush hizo este anuncio después de que el emisario de la ONU para el Líbano, Terje Roed Larsen, advirtiera el domingo contra el peligro de incumplir la tregua entre Israel e Hezbollá y calificase de "amenaza a la tregua" determinadas violaciones de la soberanía libanesa por parte israelí.
Aludía así a la operación militar llevada a cabo el sábado por un comando israelí en la Beká, en el este libanés, y que fue considerada por Beirut una violación del cese de hostilidades.
Bush insistió en que la fuerza multinacional que se instale en el Líbano debe de impedir que Hezbollá actúe como "un estado dentro de un estado".
En principio, Estados Unidos no tiene previsto participar con tropas en esta fuerza multinacional, pero sí ha comprometido ayuda logística y de inteligencia, ya que, según Bush, "esta es la contribución más efectiva que podemos hacer en este momento".
Al mismo tiempo, Bush anunció el rápido envío de 230 millones de dólares de ayuda humanitaria al Líbano, que incluyen 25.000 toneladas de trigo.
El Gobierno del Líbano ha elevado el coste de la guerra a unos 3.600 millones de dólares. El próximo 31 de agosto se reunirá en Estocolmo una conferencia de donantes para establecer las fórmulas de colaboración en la reconstrucción del país.