GINEBRA.- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que una de sus delegadas murió en Senegal cuando el vehículo en el que se desplazaba, junto a otros tres trabajadores de esa misma entidad, estalló al toparse "con una mina o algún tipo de munición sin explotar".
El estallido provocó la muerte de la delegada, que el CICR identificó como Jeanette Fournier, de 50 años y que trabajaba para esa institución desde 1980, mientras que los demás ocupantes del vehículo resultaron heridos.
El hecho ocurrió al noroeste de la ciudad de Ziguinchor, capital de la región de Casamance (suroeste de Senegal), cuando el equipo de la organización humanitaria se desplazaba por la zona para evaluar las necesidades de la población desplazada por los recientes enfrentamientos armados.
Según un comunicado del CICR, la ruta por la que el equipo se desplazaba es utilizada habitualmente para los recorridos de su personal.
Casamance ha sido escenario desde inicios de la década de los años ochenta de hostilidades entre rebeldes secesionistas y las fuerzas militares de Senegal y la vecina Guinea-Bissau, lo que llevó a que la región quedara sembrada de minas, las que podrían haberse desplazado por efecto de las lluvias, según los expertos.
Aunque una de las facciones del rebelde Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance (MFDC) y el Gobierno senegalés suscribieron a fines de 2004 un acuerdo de alto el fuego, el conflicto ha resurgido en las últimas semanas.
Así, en agosto pasado el ejército intervino ante el aumento de la tensión registrada como consecuencia de los combates entre facciones rivales del MFDC, de las que la más radical rechaza el acuerdo que dio lugar al cese de las hostilidades.
El recorrido que realizaba Fournier cuando estalló el artefacto explosivo tenía como consecuencia determinar el impacto de esta situación sobre los civiles.
La delegada, de nacionalidad suiza y estadounidense, era experta en salud pública y había trabajado en Tailandia, Camboya, Pakistán, Zimbabue e Indonesia para el CICR. La organización expresó su más profunda consternación por este suceso luctuoso y transmitió sus condolencias a la familia, amigos y colegas de su desaparecida representante.
Esta misma semana, el CICR denunció el asesinato de uno de sus empleados en la conflictiva región de Darfur (oeste de Sudán), quien había sido secuestrado catorce días antes por hombres armados.