WASHINGTON.- Inyectar células madre de embriones humanos en el cerebro de pacientes con enfermedad de Parkinson podría ser beneficioso para tratar la enfermedad, aunque algunos investigadores estadounidenses descubrieron que como provoaría la formación de tumores como peligroso efecto secundario.
Steven Goldman y sus colegas del Centro Médico de la University of Rochester en Nueva York indicaron que las células humanas inyectadas en los cerebros de ratas se transformaron en células que parecían tumores tempranos.
En un artículo publicado en la revista Nature Medicine, los investigadores dijeron que los trasplantes claramente ayudaron a los roedores, aunque añadieron que algunas células comenzaron a crecer de un modo que podría llegar a conducir a la formación de tumores.
Los expertos de todos el mundo están analizando varios tipos de trasplantes celulares con la esperanza de poder emplearlos en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, que se produce cuando las neuronas productoras de dopamina mueren.
Estos neurotransmisores clave, o químicos transportadores de mensajes, están involucrados en el movimiento y los pacientes con Parkinson sufren una disfunción muscular que generalmente conduce a parálisis. Si bien los medicamentos pueden desacelerar el proceso por un tiempo, aun no existe cura para la dolencia. La idea que subyace a los trasplantes de células del cerebro es reemplazar las neuronas muertas.
Las células madre son consideradas especialmente adecuadas ya que pueden dirigirse a la formación de un tejido preciso que se desee y porque no impulsan una respuesta inmune.
El equipo de Goldman empleó células madre extraídas de embriones humanos. Al tomarse de embriones de días de gestación, estas células pueden formar cualquier célula del organismo. En este caso, la serie fue cultivada en sustancias que apuntaban a la formación de neuronas.
Goldman y sus colaboradores aparentemente tuvieron éxito y lograron trasplantar las células madre en ratas que padecían un daño cerebral equivalente al provocado por el Parkinson. Los animales mejoraron tras la intervención.
Sin embargo, las células injertadas comenzaron a mostrar áreas que ya no eran consistentes con las neuronas productoras de dopamina. Al parecer, la división celular tuvo la capacidad de dar lugar a la formación de tumores. Los investigadores mataron a los animales antes de que pudieran asegurarse de ese resultado y dijeron que cualquier experimento en humanos debería ser realizado con mucho cuidado.