WAHINGTON.- El Primer Ministro israelí Ehud Olmert llegó este domingo a Estados Unidos para conversar con el presidente George W. Bush sobre la situación en Irak, Irán y el conflicto israelo-palestino, tras los comicios legislativos que sacudieron la política estadounidense.
Olmert tiene previsto reunirse con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, este domingo y conversar con Bush en la Casa Blanca el lunes.
La visita ocurre a menos de una semana de las elecciones legislativas en Estados Unidos que cambiaron el panorama político de este país.
Los demócratas, que arrebataron la mayoría en ambas cámaras del Congreso a los republicanos el martes, han pedido durante mucho tiempo una evaluación de la estrategia estadounidense en Irak, y muchos presionaron por un retiro de las tropas.
Olmert advirtió a Estados Unidos, en una entrevista publicada el domingo, contra un "retiro prematuro" de Irak.
"Si hay un retiro prematuro antes de que Irak tenga un gobierno robusto con una autoridad fuerte que pueda prevenir que el país caiga en una guerra civil, Estados Unidos deberá pensar en las posibles ramificaciones en los países árabes vecinos con gobiernos moderados", dijo Olmert al diario The Washington Post y al semanario Newsweek.
"¿Cómo afectará la estabilidad de estos países contra las fuerzas radicales que puedan florecer de un retiro promaturo de Estados Unidos?", se preguntó.
La reunión de 13 de noviembre, que ocurre seis meses después del primer encuentro entre Bush y Olmert en la Casa Blanca, ha sido descrita en Israel como "una reunión de trabajo" sobre Irán.
Con Teherán rechazando los pedidos internacionales de detener sus actividades de enriquecimiento de uranio, Israel ha elevado la amenaza iraní a lo más alto de su agenda.
Pero Israel podría tener razones para preocuparse por la renuncia del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, un radical opositor al diálogo. Su sucesor designado, Robert Gates, se sumó a un informe que pide el diálogo con Irán.
Respaldado por Estados Unidos, Israel ha dicho que son necesarias las sanciones tras la negativa del Presidente iraní de suspender el enriquecimiento de uranio, un proceso que la mayoría de países occidentales asegura que esconde un programa de armas nucleares, pese a que Irán asegura que tiene fines pacíficos.
Israel, ampliamente considerado la única potencia nuclear en Medio Oriente, considera a Irán como su principal enemigo.