PARÍS.- El príncipe Alberto II de Mónaco, que mañana conmemora el primer aniversario de su entronización, mantiene como prioridad para su país el reforzamiento de su desarrollo económico, para lo cual quiere aumentar la oferta bancaria y financiera y ampliar el territorio del Estado ganándolo al mar.
En una entrevista hoy en "Le Figaro Magazine", Alberto explica que se trata de "diversificar más nuestras actividades, reforzar la oferta en materia bancaria y financiera, como la gestión de activos o el capital de inversión".
Además, "el crecimiento implica un nuevo desarrollo urbano del país, que pasa por nuestro proyecto de extensión en el mar" para absorber el creciente flujo de trabajadores del extranjero, que en la actualidad son 36.000 personas.
Alberto, al frente del micro-estado mediterráneo desde marzo de 2005 por la enfermedad de su padre, Rainiero, quiere que la plataforma para ganar espacio suplementario al mar "sea un modelo ecológico de referencia en materia de tecnologías adaptadas a los nuevos edificios para una mejor utilización energética".
En términos de estructura política del Estado, afirma que "no tengo en absoluto voluntad de cuestionar el equilibrio actual de poderes" fijado por la Constitución de 1962, revisada en 2002.
Aunque "esa constatación de conjunto no prohíbe ni ajustes constitucionales (...) ni la actualización de ciertas convenciones", como la que modificó en 2002 las relaciones particulares que mantiene con Francia, argumenta.
Alude a las reformas recientes de adquisición de la nacionalidad por la madre, la evolución del estatuto de la mujer o "la mejora de nuestros textos respecto a los estándares internacionales", en particular con el "refuerzo a intervalos regulares de nuestras leyes contra el blanqueo" de dinero.
Sobre Rainiero, Alberto dice que "no hay ruptura" aunque repite que "la continuidad no quiere decir inmovilismo" y admite que su padre "actuaba a veces con más autoridad de la que yo lo habría hecho, pero se trataba de acontecimientos muy poco numerosos".
De la fundación que lleva su nombre, el príncipe monegasco cuenta que concentrará su acción en "la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible".
"Con la fundación, quiero establecer misiones de alerta que permitan ir sobre el terreno, observar y ayudar y advertir de los peligros que amenazan la Tierra", precisa.
Alberto II manifiesta orgullo por la historia de su saga familiar de los Grimaldi. "Soy heredero de una historia fuera de lo común y particular" ya que "desde 1297 la presencia y la constancia de mi familia en esta tierra constituyen un asiento incomparable para continuar el trabajo realizado".
También reivindica su activismo diplomático porque "el Principado tiene una legitimidad, un pasado y una historia que me autorizan a pensar que sabrá hacer escuchar su voz en la escena internacional".
