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Muerte de ex espía ruso amenaza con un nuevo escándalo político en Italia

El diario La Repubblica ha difundido una serie de informaciones que indican que miembros del partido de Silvio Berlusconi intentaron utilizarlo para atacar a la centroizquierda italiana.

27 de Noviembre de 2006 | 10:06 | EFE

ROMA.- Las relaciones con Italia del ex espía ruso Alexander Litvinenko, muerto en extrañas circunstancias en Londres, amenazan con desatar un nuevo escándalo político en Roma, tras publicarse que miembros del partido de Silvio Berlusconi intentaron utilizarlo para atacar a la centroizquierda.


El diario La Repubblica, de Roma, publicó el domingo y este lunes una serie de informaciones, entre ellas una larga conversación con el antiguo espía, que revelan el intento de obtener a través de él información para atacar a quienes ahora son el Primer Ministro, Romano Prodi, y el vicepresidente del Gobierno, Massimo D'Alema.


En la conversación Litvinenko indica que en 2004 el italiano Mario Scaramella le propuso colaborar con la Comisión Mitrokhin, creada por el Parlamento para examinar documentos de los servicios secretos soviéticos sobre actividades en Italia y presidida por el senador Paolo Guzzanti, del partido que encabeza Silvio Berlusconi, Forza Italia.


El ex espía ruso añade que en marzo de ese año viajó a Nápoles, donde cuenta a Scaramella todo lo que sabe acerca de la KGB y del FSB (siglas de los antiguos y los actuales servicios secretos rusos).


Litvinenko resalta en la conversación su sorpresa porque el principal interés de Scaramella son las supuestas relaciones de Prodi y otros miembros de la centroizquierda italiana con la KGB.


Especial es el interés por una supuesta implicación de Prodi en el secuestro de Aldo Moro. No obstante, el antiguo espía ruso se sorprende por la insistencia con que le preguntan sobre esas relaciones y otros asuntos vinculados únicamente con la entonces oposición política de Berlusconi.


Litvinenko, que había confiado en la confidencialidad de la información que suministraba a la Comisión Mitrokhin, asegura en la conversación con La Repubblica sentirse traicionado cuando ve los abrazos y besos que el magnate de la televisión dio al Presidente ruso, Vladimir Putin, durante una visita oficial a Moscú.


El italiano Scaramella fue una de las últimas personas que Litvinenko vio en Londres, en un restaurante japonés, antes de caer enfermo, el 1 de noviembre, al parecer por un envenenamiento radiactivo.


Sobre Scaramella, otro antiguo miembro de los servicios secretos rusos, Eugenij Limarev, expone hoy en el diario La Repubblica sus sospechas acerca de que pueda trabajar para los servicios secretos italianos o, incluso, para la CIA y los "halcones que, en Occidente, quieren desacreditar la Rusia de Putin".


Limarev, que ha colaborado con Scaramella, también indica que tanto éste como la Comisión Mitrokhin han mostrado su interés continuo por relacionar a la KGB con Prodi y el vicepresidente del Gobierno, Massimo D'Alema, antiguo comunista.


También señala que Scaramella buscaba información sobre Alfonso Pecoraro Scanio, actualmente ministro de Medio Ambiente y presidente de los Verdes italianos.


Al igual que Litvinenko, Limarev asegura sentirse traicionado por Scaramella, ya que piensa que el almuerzo que ambos tuvieron en Londres fue para entregar la información que él había dado al italiano.


Tras conocerse las noticias publicadas por La Repubblica, varios miembros de la centroizquierda italiana han protestado contra el pretendido uso de la Comisión Mitrokhin para acabar con la oposición política.


El Ministerio del Interior, por su parte, difundió este lunes una nota en la que informa que ha pedido a las direcciones de la Policía del Estado, de los Carabineros y de los servicios secretos la "verificación de la existencia de cualquier documento en su posesión acerca de las actividades de la Comisión Mitrokhin".


Además pide que se verifique "la eventual utilización de personal" de esas fuerzas en actividades ligadas a la citada Comisión.


Scaramella también difundió una nota en la que anunció la presentación de una demanda por difamación, entre otros, contra el diario La Repubblica.

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